En estos días he estado pensando un montón de cosas. Los temas van y vienen mientras yo les miro y estudio todos los pros y contras. Cuando estoy en ese proceso, bloqueo mi mente totalmente.
Este fin de semana lo pude notar dos veces; la primera cuando una persona me estaba contando algo y aunque la miraba fijamente, mi mente se encontraba en modo "llamada en espera. Cuando terminó de hablarme, creo que debí responder con un monologo, y cambié de tema rápidamente porque no tenía ni idea que fue lo que me contó.
La segunda realmente me preocupo porque entre a cine, y mientras daban los cortos ingrese nuevamente a dicho modo y seguí en el mismo hasta después que empezó la película. En un momento me fije en la pantalla, y aunque habían pasado solo un par de minutos, no le estaba prestando nada de atención a la película.
Hace mucho tiempo en la universidad estaba en una clase de Probabilidad, y tenía la cabeza apoyada en mis manos, y sin querer me quede mirando a María Paula, quien era una de las viejas mas buenas de la carrera. Parecía como si la estuviera mirando totalmente enamorado, pero la verdad estaba pensando en mil cosas diferentes a ella. Lo que me saco de dicho trance fue cuando una amiga de ella se dio cuenta e informo a María Paula sobre mi mirada idílica, ¡Perra esa!. Las dos voltearon a mirarme y se burlaron.
Pero bueno nada que hacer cuando me pierdo en mi modo de llamada en espera. Lo único que se me ocurre es que si usted me conoce y algún día nos vemos para hablar, me podría decir algo como: "¡Aló? ¡Que hubo, está conmigo?, le voy a contar algo y no pienso repetir, así que lo necesito presente en todo el sentido de la palabra".