Al esposo de una prima le gusta la cacería. La práctica que le queda más a la mano en la Sabana de Bogotá es cazar palomas. Ahora bien, suponga usted querido lector que no tiene ni la más mínima idea de como es una paloma, pero un día le da la ventolera y resuelve ir a cazarlas.
Suponga también que se va a un potrero, mira hacia el cielo y le dispara a cualquier vaina que ve volando. De golpe le atina a un pajarraco que surcaba los aires y le da a la orden a su perro de caza (La de él se llamaba "Loca", una perra Gran Danés. Creo que el nombre se debía a que en la casa iba como si nada tumbando cosas con el movimiento frenético de su cola), para que traiga la presa.
Cuando el perro la trae, La mete en una bolsa y san se acabo la cacería. Cuando llega a la casa, le preguntan que si cazó alguna paloma y muy victorioso saca su "trofeo" de la bolsa, pero resulta ser que lo que se bajo fue un Chulo.
Quiero que le quede claro que el esposo de mi prima sabe perfectamente como es una paloma y de hecho es muy bueno en eso de bajárselas, pero bueno, a lo que voy es que en la vida usted no puede estar"disparándole" a algo que quiere si no tiene claro como es ese "algo". Así que instruigase (lo se lo se, la palabra no es así pero tenía ganas de escribirla de esa forma), arme un plan, y ahí si a disparar se ha dicho.