Asumir es otra de las cosas que tiene jodidas al mundo y como nosotros, los humanos, hacemos parte del mismo y somos el único animal que lo hace, llevamos del bulto constantemente por eso.
Hoy, después de mucho tiempo, había quedado de verme con un gran amigo. Habíamos más o menos cuadrado la hora y el lugar. A eso de las 4 me escribió un mensaje contándome que se la había complicado el día y que tocaba cancelar el encuentro.
Lo primero que supuse es que había cuadrado plan con la novía y que me estaba sacando de taquito ¿Y eso qué? yo también preferiría verme con mi novía que con un amigo, es una de esas situaciones donde aplica totalmente la frase "Coca-Cola mata tinto".
Dicha idea igual solo sigue siendo un pensamiento mío ¿Cómo estar seguro de que de verdad no se le presentó algo en el trabajo y se le complico el día? es más, puede que ahorita mientras escribo estas líneas todavía esté trabajando en uno de esos chicharrones de Viernes que suelen ser tan especialmente particulares, usted sabe, esos que se presentan tan solo faltando un par de horas par concluir la jornada, mientras en la mañana casi no se tuvo que trabajar.
El punto es que nos la pasamos asumiendo cosas porque parece que nos fascina armar historias enredadas en nuestra cabeza y en varias ocasiones pensamos que están conspirando en contra nuestra.
Yo, por ejemplo, creo que soy la persona en el mundo que más interpretaciones le da a un simple "jaja" en un chat, pues me pongo a pensar si es una risa sincera, sarcástica, si se estan burlando de mí, y cuanta otra pendejada se me ocurra.
Recuerdo que en una ocasión una amiga me saludo por el chat de gmail y le respondí algo como "Hola, que cuentas?" y me respondió que porque le contestaba tan cortante. Le respondí que no era así y que no se creara videos extraños en su cabeza. Desde dicha ocasión, a toda mujer que me habla por chat, le respondo: "¿Hola mami que desea(s)?"... La tuteada equivale al grado de amistad o cariño que le tenga claro esta.
Tal vez es muy complicado que dejemos de suponer cosas que no tienen ningún sentido o razón de ser. Tal vez, cuando nos den esas crisis de mártir, todo funcionaría mejor si confrontaramos a las personas y les dijeramos que es lo que estamos sintiendo de acuerdo a sus palabras; así dejariamos tanta pendejada de lado.