Algo que me gusta del fútbol es ver como después de que le hacen gol a un equipo, muchos jugadores se agarran la cabeza y comienzan a poner cara de desesperación; pero hay uno que no pierde el tiempo, va a buscar el balón, lo agarra, y se devuelve trotando para poner el mismo en el centro de la cancha, definitivamente en todo lado siempre habrá alguien que sabe la importancia de no perder tiempo y dejar la lloradera.
Relaciono esos momentos en un partido después de un gol, con aquellos en los que uno, a veces, no tiene ni la más remota idea de que es lo que se debe hacer, respecto a diferentes situaciones que va planteando la vida.
Muchas veces no alcanzamos a atajar todos los disparos que nos hace, sobretodo porque la muy degenerada a veces patea en serie, y el cada tiro va llegando cuando ni siquiera nos hemos levantado del anterior.
Así que lo mejor es no estresarse cada vez que le hagan gol; coga el balón, despeje la cabeza y mientras va trotando hacia la mitad de la cancha, piense en la estrategía que va a adoptar. Este dispuesto a recibir cuanto gol, patada cachetadon, abrazo, etc. que la vida le quiera dar. Y si tanto le duele...¡sobese!