Hay pequeñas sucesos y/o cosas que actúan, casi todos los días, cómo amables recordatorios ¿De qué? De que debemos tomarla más suave y ser un poco más agradecidos con la vida, con lo que tuvimos, tenemos, no tenemos y nunca tendremos.
En mí caso el pequeño recordatorio es una cicatriz, que veo todos los días, de 2.5 cm de largo, resultado de una Traqueostomía ("Incisión en el cuello e inserción de un tubo para facilitar el paso del aire a los pulmones". Gracias wikipedia) que me hicieron en el 97, cuando me accidenté y estuve a punto de pasar al papayo. Un evento desafortunado que parece haber ocurrido hace siglos.
A veces me las doy de mártir y reniego por pendejadas, aunque estoy completamente convencido que en el momento en qué uno siente que la vida, universo, deidad divina, etc. le debe algo, está perdiendo con toda.
Tengo todavía muy fresco en mi memoria el día en que me quitaron el tubo. Tenía mucho miedo, pues pensé que tendrían que cogerme puntos, pero simplemente lo quitaron y la herida del cuello se "pegó" sola sin ningún tipo de intervención.
Estéticamente, la cicatriz no es desagradable, pero pues tampoco una obra de arte. Hace unos meses me rascoó mucho; quien sabe, de pronto intentaba decirme "¡Oiga, gran pendejo! no se preocupe tanto ¿No se acuerda por todo lo que tuvo que pasar?"
Ahí está y ahí se quedará por el resto de mi vida, como un recordatorio que siempre me invitará a estar tranquilo, y a no desesperarme independiente de cual sea la situación.
Todos, creo yo, tenemos un amable recordatorio ¿Cuál es el suyo estimado lector?