Hace unos días fue seleccionada
como Miss universo la Barranquillera Paulina Vega. Como casi en todas las
situaciones, todo se divide en dos bandos: los que sienten una alegría
inconmensurable (casi igual de larga a esta
palabra) por su victoria y aquellos que dicen que es mejor dejar tanta
pendejada de lado, ya que solo es un concurso.
En fin, una discusión de nunca acabar.
A mí lo que siempre me ha
intrigado es el nombre del certamen. Es obvio que se pretende coronar a la
mujer “más bella” del planeta, pero si nombramos como miss Universo a una terrícola, permítame
informarle, estimado lector, que tuvimos el descaro de seleccionar también la
mujer más bella para la galaxia del Triangulo (M33),que también hace parte del universo, y está ubicada solamente a 2.700.000 millones de años luz.
Tenemos la desfachatez de celebrar ese concurso, sin siquiera
saber cuáles son los parámetros de belleza de por lo menos una de las razas que
viven allá, y si se le dan o no tanta importancia a esa dicotomía de Feo/Bonito como
lo hacemos nosotros los humanos.
En los bancos también existe un
papel llamado “Comprobante de pago universal”, es decir que si a usted en un
futuro es una especie de traqueto universal, y le da por ir a pagar algo en la galaxia Nubes de Magallanes, ubicada esta solo a 200.000 años luz, podría intentarlo por aquello
de cuestiones de tiempo.
¿Por qué nos damos esas ínfulas de universalidad?. Mientras me planteó esta pregunta, me imagino que en la galaxía M33 continúan celebrando el triunfo de la Colombiana.