Hoy me llamaron, supuestamente, desde México y después de un rato de conversación, eso fue lo que me dijeron: "Pinche Pendejo". El señor, del que ya no recuerdo ni una letra de su nombre, que llamo, el cual me lo imagino de bigote, con las mangas de una camisa color crema arremangadas, y sentado al frente de un escritorio con un cenicero que no ha sido lavado en años, un cactus que supuestamente absorbe la ondas emitidas por su computador y un termo con tinto recalentado, me quería ofrecer algo, nunca supe que.
Apenas mis sensores de "Venta desquiciada a la vista" se activan, mi cerebro se bloquea instantáneamente, y me rehúso a escuchar la propuesta, en este caso la conversación fue, más o menos, la siguiente:
"Señor Rodríguez, lo llamamos de la empresa X, para"
"Buenas tardes ¿Quién le dio mis datos?"
"Señor Rodríguez, nuestra empresa trabaja con varias cámaras (nunca supe a que tipo de cámaras se refería") y de una de ella los obtuve"
"Ok, pero no estoy interesado en lo que me va a ofrecer, gracias"
"Pero señor Rodríguez, ¿Cómo sabe que no está interesado, si no sabe que le quiero ofrecer?"
Punto a favor de su estrategia de venta. Casi caigo en su jueguito, pero recuperé la cordura en el último segundo antes de contestarle.
"Ok, pero bueno, sea lo que sea no estoy interesado"
"Pero señor Rodríguez, nuestra empr..."
"No estoy interesado, gracias señor"
"Pinche pendejo"
"Si me va a insultar le voy a colgar en 3, 2..."
"Si me cuelga lo voy a volver a llamar Señor Rodríguez"
Tuuu tuuu tuuu....
Después de un par de minutos volvió a sonar el teléfono, quería mentarle la madre en colombiano, decirle algo como "Vea bobo Hijueputa, ¿Por qué no mejor llama a su madre?". me acorde en una fracción de segundo de la ridícula indignación de tantas personas porque un don nadie argentino le dijo malparidos a los jugadores de Colombia, así que solo levante la bocina y colgué.
El teléfono volvió a sonar. Nuevamente contesté y colgué sin intercambiar palabras con el vendedor mexicano. Opté por dejar el teléfono descolgado unos 15 minutos y pasado ese tiempo lo colgué. Nuevamente sonó y era otra vez este señor. Intenté explicarle que no quería tener nada que ver con su empresa, cámaras, o con lo que fuera que me quería ofrecer, pero la conversación se estaba encaminando hacia lo mismo. Después de intentar, infructuosamente, explicarle que no quería nada, le colgué nuevamente.
No ha vuelto a llamar, pero estoy seguro que lo volverá a hacer. Estoy mamado de todas esas redes de mercadeo y negocios que me van a tapar de billlete de la noche a la mañana, ¿Qué he hecho yo para que en en los últimos meses me lleguen ese tipo de propuestas? Parece que me cogieron de bobo; o bien, de pinche pendejo.