Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos comprobado que de nada sirve quedarnos patinando en el pasado, es decir, que no tiene objeto alguno pensar "si tan sólo yo hubiera elegido ese camino". Eso para cuando nos gusta retroceder la cinta.
Por otro lado, también tenemos la opción de "adelantarla", lo cual es todavía peor, para ubicarnos en un futuro que cuenta con la palabra "incertidumbre" como su sinónimo. Esta claro que sufrir por las decisiones tomadas en el pasado o vislumbrar los días por venir, no hace más que producirnos angustia.
No entieno por qué continuamos dándonos palo de esa manera. Tal vez contamos con un par de genes estrictamente relacionados con esas conductas y por eso las repetimos seguido. Podemos tener presente todo ese discurso Budista, motivacional y de nueva era acerca de que solo importa el presente, que debemos vivir solo el ahora, etc. que en extremo se torna cansón. Aconsejar siempre será fácil, pero ponernos en los zapatos del otro para llegar a sentir lo mismo, es un arte que muy pocos dominan.