Ayer, cuando me encontraba sentado en mi escritorio, escuché a lo lejos la sirena de una ambulancia. cuando estaba muy cerca, me di cuenta que, adicional al ruido de la sirena, una mujer, quién sabe si era la chófer o el copiloto, iba hablando, más bien gritando, por el parlante unas palabras que no alcancé a entender.
La mujer seguramente estaba pidiendo que le abrieran paso a la ambulancia. Me impacto mucho la angustia de su voz, ¿Quién iba en la ambulancia? ¿Para donde iban? ¿Llevaban a un herido de gravedad, o apenas se trasladaban al lugar del accidente?
Todo esto me hizo pensar en el accidente que me dejo el "Amable recordatorio". Lo poco que recuerdo de ese día, son unas imágenes borrosas cuando me llevaban en una ambulancia hacia el hospital. Alguien, me imagino que un enfermero, me miraba a la cara, pero no recuerdo como eran sus facciones. Creo que sostenía una bolsa de suero o algún liquido que me habían conectado a las venas. Lo que si recuerdo claramente de ese día, era el sonido de la sirena de la ambulancia y la gran velocidad a la que iba.
Cuando finalmente el la ambulancia se alejó, y ya no escuché más la voz de la mujer, pensé en como la vida siempre presenta desequilibrios. Tal vez , por razones que son imposibles de explicar, le estaba robando a esa persona que iba en la ambulancia, algo de "normalidad" en su día. De pronto yo no necesitaba toda esa tranquilidad, que por algún motivo me cayó el día de ayer. Las sirenas de las ambulancias siempre me hacen pensar que vamos por ahí y que solo disponemos de unos segundos de vida.