Prendo el televisor y está sintonizado en un programa español cuando allá son las 4 de la tarde. Es una transmisión en vivo desde una tienda de ropa "fina". Están entrevistando a un hombre y una mujer. El primero es un peluquero y su compañera de entrevista una diseñadora de modas.
El presentador hace que enfoquen a Lucrecia, una mujer flaca, alta, con nariz aguileña. Su cara solo transmite aburrición, y un grito en silencio: "!Quiero largarme de este lugar!" La diseñadora de modas dice emocionada: "Les presento a Lucrecia. Ella tiene 14 años y es la primera vez que usa maquillaje." Enfocan a Lucrecia, no sonríe. Lleva puestas una blusa blanca y un pantalón negro.
Las personas en el estudio, entre risas, le preguntan a la diseñadora que por favor les diga cual debería ser un atuendo apropiado para la noche buena. El atuendo apropiado, ¡hágame el berraco favor! ¿Cómo alguien va a saber que es apropiado para otra persona y qué no? Comienzo a "canalear"y no encuentro nada que me llamé la atención. Después de unos minutos decido sintonizar nuevamente el canal español. Los dos presentadores están pidiendo disculpas a los televidentes por lo ocurrido. De repente aparece Lucrecia pero con unos jeans rotos, una camisa blanca y el pelo albororado, lleva una botella de vino en la mano se para en frente de la cámara le da un largo sorbo y dice casi gritando: "¡Que os den por el culo en esta navidad, gilipollas!".
Queda claro que la moda y el querer lucir "bien" en todo momento afecta la salud mental de las personas.