Desde hace un par de semanas el cable de uno de mis audífonos se daño. ni idea si eraizquierdo o el derecho, de tanto uso ya se les habían borrado las letras R y L y la verdad no sé para que los denominan de esa manera. Ese es uno de esos episodios que denomino: "pequeña desgracia", un post que le debo, estimado lector.
Al principio logré solucionar el inconveniente moviendo el cable sutilmente hasta restablecer el sonido, pero ayer, después de pellizcar y mover el cable infinidad de veces, finalmente murió. Ayer decidí reemplazar ese elemento de mi kit de guerra urbano y mientras caminaba hacia una tienda, relativamente cerca a mi casa, me di cuenta que esa "pequeña desgracia", sumado a otros incidentes, me habían fastidiado mucho el caminao'.
Hoy me cacheteé mentalmente para dejar la huevonada, no darme palo y también dejar de jugar al mártir. La compra de mis nuevos audífonos, fue el comienzo para conectarme de nuevo. Hoy mejoré la conexión al lograr una entrevista para una crónica sobre el indio amazónico, la cual veía complicada porque no había conseguido a ningún personaje, y sin este, por más conflicto que haya, es imposible contar una historia.
Cuando nos quedamos sin conexión toca mover los cables que nos gustan hasta lograr restablecerla.