Hoy escuché esa canción de King Crimson. Mientras lo hacía, imaginé un mundo donde todas las personas presentan características de sinestesia, esa extraña habilidad de percibir el mundo de manera diferente: oler la música, asociarle números a los colores, saborear sonidos, etc.
En esa vida, o vidas pues no está solo la mía sino la de los 7.229.916.047 humanos restantes, soy escritor de tiempo completo y he publicado varias obras. Por razones que nadie conoce, a pesar de mi continua producción de textos, al igual que Murakami, no me he ganado el premio nobel de literatura. Me imagino que una de las razones es que, como a el, en esa vida muchos me consideran un escritor comercial.
Dado que todos los habitantes del planeta son sinestésicos, cuando leen mis escritos es como si escucharan música. Esto no solo les ocurre con mis libros, sino con cualquier tipo de escrito. Bajo estas condiciones, me gustaría que mis textos fueran como Lament, que comenzaran tranquilamente y que de repente su melodía tuviera cambios inesperados, pero que al terminar uno se sienta bien y con plena seguridad que en medio del "desorden" todo tiene sentido, la narración es una sola y las ideas están perfectamente expuestas.