Hoy, mientras revisaba mi correo electrónico, me dio por pensar que un mensaje importantísimo, que iba darle un giro completo a mi vida, cayó en la carpeta de Spam.
Esa carpeta tenía 756 mensajes. Ingresé a ella y paseé la mirada por la pantalla hasta que di con un mensaje de un tal Jack, quien, al parecer, está un poco desorientado.
Jack me cuenta que está buscando amor y afecto. Le gusta la aventura, trabajar duro, es comprometido y amable. Desde que su esposa murió extraña a esa persona especial. Espera que yo sea alguien que comparta su compromiso con la vida y le gustaría saber si quiero ser esa persona especial que está buscando. Desea que lo quiera por lo que es y no por lo que tiene, que no tengo la menor idea qué es. Considera que el amor puro y verdadero es la base para una relación estable y duradera. Espera oír pronto sobre mí y que le cuente más cosas. No sé en que mundo vive Jack, pues nunca hemos hablado.
Su mensaje esta repleto de clichés y lugares comunes. Me atrevo a pensar que tiene un desequilibrio mental y escribió el mensaje mientras el cuerpo de su esposa se congela en una nevera ubicada en el sótano de su casa. Imagino que vive en Queens, Nueva Yotk, doy con el correo electrónico de un departamento de policía y les escribo, anónimamente por supuesto, que un tal Jack asesinó a su esposa.
En fin, decido no ser esa persona especial que está buscando y ojeo otro par de E-mails hasta que llego al del Dr. Ibrahim. Hamza Ibrahim me cuenta que trabaja con uno de los bancos líderes en Burkina Faso y que tiene una propuesta de negocios para mi, que nos beneficiara mutuamente. Al final de ese negocio "sorpresa" me dara el 40 % de las ganancias. Quiere saber si estoy interesado y, de ser así, que le responda lo más pronto posible para ultimar detalles.
Al final les escribo a ambos para presentarlos. Espero que a Jack todavía no lo haya atrapado la policía, pues me parece que el arriesgado negocio del señor Ibrahim, es el método perfecto para que deje de pensar en su esposa muerta, el amor, y demás temas que ocupan su cabeza.