Creo que no hace falta decir que todo cambia, que todo se mueve y nada es igual; que del segundo de vida anterior a este, millones de cosas se han modificado, incluso nosotros, pues quién sabe, a nivel celular, cuantos cambios hemos experimentado.
Quizá por eso es que nos da tan duro el cambio, porque no lo vemos venir y de un momento a otro ya nada es igual. Por eso sería mejor que a todos, a cualquier nivel, nos ocurriera un cambio tan drástico como el de Gregor Samsa, el mítico personaje de Kafka, que nos saque de ese estupor en el que a veces se convierte la vida.
"Embracing or resisting are optional, and metamorphosis inevitable."
- The Faraway nearby -
Como uno cambia constántemente, la lectura de un libro en diferentes momentos de la vida nunca es la misma. Recuerdo que leí el libro de Kafka hace muchos años en el colegio. Quizá me llego a interesar o lo tome como otra más de las obligaciones de ese entonces; ya no lo recuerdo.
Hace poco escuché un conversatorio que tuvo Constaín con Millás en el que el segundo habló acerca de dos grupos de novelas: Mamífero e insecto. Su diferencia radica en que biológicamente, los mamíferos siempre intentan mutar o mejorar, mientras que los insectos como las cucarachas, por ejemplo, hoy son las mismas que poblaban la tierra hace millones de años.
Según el escritor español una novela mamífero y a la vez complicada es Ulises de James Joyce y una novela insecto es La de Kafka, sencilla y opuesta a la primera.
Después de escuchar la charla, quedé con ganas de volver a leer la Metamorfosis. Hoy me llegó un correo con un listado de libros gratis para Kindle, en el que se encontraba la novela del escritor Checo.
Siempre he creído que, a veces, los libros los llaman y en ocasiones es bueno atender esos
llamados.