martes, 9 de junio de 2020

Heredar

Pedro, llamémoslo, escribe contenido para marcas. Dice que está en capacidad de redactar artículos para blogs, notas de prensa, descripciones de productos, todo eso sumado a que sabe sobre SEO y que tiene una excelente ortografía y gramática. 

Aparte de sus conocimientos también aprovecha para jactarse de su origen, pues en su gancho promocional asegura ser el hijo de un famoso escritor colombiano, así lo escribe en su perfil: Soy el hijo del gran escritor y poeta fulanito de tal, como si eso le inyectara potencia a su escritura. No tengo idea si es tan buen escritor como dice, e igual es algo que solo le debe importar a aquellas personas interesadas en sus servicios. Me llamo la atención su perfil, pues hace que me pregunte si uno puede llegar a heredar diferentes aspectos de los padres, más allá de rasgos físicos. 

Imaginemos que Pedro escribe una pieza, la que sea, pero no le sale bien. Es muy probable que alguien le pregunte, ¿pero acaso no es usted el hijo del gran escritor y poeta fulanito de tal?, pues imagino que esa persona espera que escriba de forma similar a su padre o incluso mejor, al ser, digamos, una versión más joven del escritor. 

De pronto, de tanto obsesionarnos con una actividad, todo lo relacionado con ella se almacena en nuestro código genético. Si ese es el caso, ya veo porque Pedro se escuda en el nombre de su padre para hablar acerca de su profesión. 

También pensé en el hermano de Egan Bernal al que le gusta montar bicicleta. ¿Bastará que diga que es hermano del campeón del Tour de Francia para que le abran las puertas de un equipo de ciclismo?