martes, 5 de septiembre de 2023

10.37 p.m.

Estoy cansado. Por eso no me esfuerzo en buscarle un título a este post y me limito a ponerle la hora en que comienzo a escribirlo.

Tenía pensado escribir algo, lo que fuera, más temprano, pero me puse a editar un cuento que, si no estoy mal, va en su cuarta versión. Ahí se me fue el tiempo. Trata sobre un preso condenado en el corredor de la muerte y narra el día de su ejecución.

El cambio más drástico que le hice fue hacia el final, cuando le preguntan al asesino si tiene algo por decir. El hombre se queda callado unos instantes y cuando parece que no va a decir nada, finalmente dice algo.

La frase que tenía la considere simple, no sé, pensé que sería algo que una persona en esa situación no se le ocurriría decir. En resumidas cuentas, necesitaba una línea que agregara un poco de drama. Ojalá lo haya conseguido. A veces uno siente que una frase está bien y es una completa basura, y otras que uno cree que no funcionan terminan gustándole a las personas, en fin.

Ahora son las 10.45 p.m. y no se me ocurre que más contarles. Me acordé de algo más: Mañana tengo un funeral y me dan una pereza infinita esos rituales. Uno se debería morir sin tanto bombo. Siempre le pongo atención a lo que dicen los curas en esas ceremonias y me parecen mensajes encriptados que solo entienden ellos. Hablan mucho sobre la eternidad y otro poco de conceptos abstractos que, me atrevo a pensar, no son tan efectivos contrarrestando el dolor que sienten los familiares.

También está esa frase de Dale señor el descanso eterno, que considero de película de terror.

Tal vez debería escribir un cuento sobre eso. Qué se yo, podría tratar de un cura que está harto de su trabajo y que repite lo mismo siempre, aunque no cree ni media palabra de lo que dice.

10.57p.m

Hasta mañana.