Yo no desayuno mucho, la verdad
no me da tanta hambre por las mañanas.
Por favor no me venga a dar lora con el tema de que el desayuno es la
comida más importante del día y que bla bla bla bla, igual no quiero
contra-argumentarle esa apreciación, pero bueno, el hecho es que yo ahora
desayuno con un café y un par de tostadas o un pedazo de pan. Tal vez usted no le vea nada de
raro porque ese es su mismo desayuno, con una que otra variación.
Recuerdo que cuando estaba en el colegio yo desayunaba de forma muy poderosa:
Huevos, chocolate, pan con mantequilla y mermelada, cereal, jugo etc. Ahora que lo pienso tal vez mi cuerpo
inconscientemente me pedía todo eso porque necesitaba mas energía para los partidos
de micro en el recreo o cosas por el estilo.
Pero bueno, a la larga le vengo a hablar de desayuno
porque desde hace mucho tiempo, los 15 o 20 minutos que utilizo para dicha
actividad, es un espacio en el día,
incluso a veces el único, en el que me pongo muy trascendental. Bueno trascendental a mi manera, es decir. no es que surjan de mi mente teorías filosóficas elaboradas o cosas por el estilo, pero pienso un montón
de cosas que van desde ¿Por qué las
saltinas Noel tienen huequitos? Hasta ¿Qué es este cuento de la vida?.
¿Cual es el toque secreto de Las Ducales, que las hace tan ridículamente adictivas?
ResponderEliminarQue buen ejemplo :), a mí me ocurre lo mismo pero con las “Macarena”, saludos y gracias por leerme.
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