Recuerdo que hace varios años atrás, cuando me gustaba una vieja mucho, no andaba con rodeos y le soltaba la noticia como si nada. Toma lo tuyo, de frente, de una, sin anestesia que dicen. Obviamente no es que yo vea a una vieja caminando por la calle y si me gusta voy y le digo, jaja un día haré ese experimento.
Después de salir un par de ocasiones con la susodicha o de entablar un contacto frecuente, le decía y san se acabo, algunas veces funcionaba otras no, pero lo mejor era que no había ningún tipo de drama, simplemente se decían las vainas y ya, si funcionaba bien y si no también.
Ahora cuando a uno le gusta una vieja, como que no la ve tan clara. Nos enredamos y se comienzan a plantear mil escenarios, y a tener esas conversaciones de YO con YO que son mortales. Hablo en plural porque he hablado con varios amigos que de una u otra forma opinan lo mismo. Parece ser entonces que entre más grandes más bobos. Recuerde estimado lector, las cosas toca decirlas de frente o si no, ¡abrase! y directo a la yugular.
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