Ya le conté en este post que tengo un celular flecha; una de las pocas ventajas que puede tener el mismo frente a los diversos modelos de Smart Phones que se ofrecen en el mercado y que ríen, bailan cha cha cha y le conversan, es que la batería le dura una semana completa. Hoy solo le quedan dos líneas a la misma, no se porque siempre que tiene menos de 3, pienso que se va a descargar en cualquier momento, cosa que obviamente no pasa; de hecho siempre me asombra todo lo que resiste la última línea de carga.
Ahora todo resulta ser tecnología y estamos inmersos en ella hasta el cogote (buena palabra esta, siento que lo estoy insultando con la misma, a veces me gustaría hacer eso; mandar a comer mierda a cualquier persona que se me cruce por la calle); pero por más que inventemos nuevos aparatos, el ser humano nunca va a poder inventarse un cargador para el alma, usted me entiende, una especie de aparato tecnológico que usted se lo pueda conectar (dejo a su elección el orificio) para dejar de sentirnos tristes y agobiados por los miles de problemas a los que nos enfrentamos día a día, y de esta vida que cada día resulta ser más extraña. Para salir de esos estados, creo que cada uno tiene sus propios rituales, los cuales resultan ser completamente humanos y no hay tecnología que los remplace.
El día en que ese aparato tecnológico aparezca, cuando no seamos más que un gadget, seremos unos zombies electrónicos; creo que vamos derechito hacía un apocalipsis tecnológico.
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