Hoy en la mañana experimenté uno de los peores planes que puede existir en la vida: hacer fila en una institución pública. Inicié un trámite de este tipo como dios manda, es decir, a causa de la desorganización que caracteriza estas instituciones, hice la fila que no era. Me enteré como suele ocurrir, por un corrillo de voces que inevitablemente hacen que usted se plantee la siguiente pregunta interna "¿oiga imbécil, si está haciendo la fila que es?". Después de un tiempo me cambié a la fila correcta, la cual afortunadamente estaba corta, o posiblemente me colé sin querer, pues una mujer que llego en ese momento y se hizo delante mío soltó la siguiente frase muy a la ligera "Esta si es la fila, me cole ¿o que?"; igual no recibió respuesta ni alegato alguno y se quedo, al igual que yo, justo ahí. A veces es bueno seguir a ese tipo de personas que se ven tan convencidas y decididas.
Algo que me parece chistoso cuando uno llega a ubicarse de último en una fila larga, es que después de pasados unos minutos, donde obviamente esta ya ha avanzado algo, usted mira hacía atrás, para estimar cuantos "desdichados" se encuentran detrás suyo y aunque le falte mucho por llegar al primer puesto de la fila, los mira por encima pensando "chupen, ¿quien los manda a llegar tarde? yo ya estuve ahí".
Eso de disfrutar del mal ajeno de cierta forma tal vez sea algo inconsciente; además no puedo generalizar, de pronto yo soy el único que piensa esa tipo de pendejadas mientras el resto de mortales simplemente se limitan a hacer la fila, ¿que opina estimado lector?.
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