El fin de semana pasado me ví la última media hora de la etapa del Giro de Italia. probablemente si algún incidente de la misma, hubiera puesto en peligro el liderato de Nairo Quintana, no la habría visto. Para qué voy a decir mentiras; ver ciclismo, al igual que carreras de carros me aburre.
En un momento de la transmisión Santiago Botero habló sobre un latigazo que dió un ciclista al resto de competidores. Lo que más me llamo la atención de dicha expresión "ciclística", es que, según él, el competidor que lo da toma ventaja frente a los otros y para cada uno estos, sucesiva y progesivamente, es más dificil responder al mismo.
Esto me hizo recordar el libro "Las 22 leyes inmutables del marketing", el cual leí hace mucho tiempo y que ya debió perder su vigencia y la importancia que tenía en ese entonces. En el mismo, una de las leyes era la siguiente:
"Es mejor ser el primero que ser el mejor"
Un enunciado que la verdad no necesita mucha explicación. Es bueno ser el primero en ofrecerle un servicio o producto al mundo, sin dejar de tener en cuenta que casi al instante del lanzamiento, muchos van a intentar copiarlo y ofrecer lo mismo, o un sustituto con alguna variante.
Todo, creo, finalmente se relaciona con la innovación, que a la larga busca ofrecer productos y/o servicios nuevos de forma novedosa, y que sirve para mirar como se puede ser el primero, con algo nuevo por ofrecer, en mercados saturados que parecen tenerlo ya todo.
Cabe anotar que en cuestión de relaciones sentimentales, la ley resulta ser una vil mentira.
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