miércoles, 25 de junio de 2014

Salario vs Independencia

Se sientan en la mesa que está a mi derecha dos hombres.  El mayor es  alto, tiene un traje gris con una camisa de rayas azules y no lleva corbata; hay veces que uno se siente ahorcado con esa prenda y es toda una liberación quitársela. Imaginó que eso le ocurrió a este hombre en algún momento del día.

El menor, al parecer su hijo (soy pésimo determinando a primera vista si dos personas tienen algún grado de parentesco)  estaba de sudadera, con una chaqueta con capucha como las que usaba Rocky para entrenar.  Esa era la única semejanza con Rocky, pues era bien flaco y llevaba gafas.  Langaruto, es la palabra que  se me viene a la mente para describirlo.

Estaba yo inmerso en mis pensamientos, cuando de repente escucho como el hijo le pregunta al padre "¿Tú que prefieres? ¿un salario fijo o independencia?" Tema álgido este, claramente relacionado con eso de ir tras la pasión, pensar fuera de la caja, felicidad, libertad, etc. pero el cual considero muy interesante.

Haciéndome el loco, trato de descifrar cada una de las palabras de la conversación.  Escuchar al hijo es fácil puesto que habla duro, en cambio lo que dice el padre es confuso, pues habla en voz baja y el tono grave de su voz no colabora con mi ejercicio de escuchar la charla, así que sus palabras resultan casí un murmullo. 

Si mi mente no se puso a divagar en tierras de ficción, como suele hacerlo, la situación era la siguiente:  El hijo de unos 20 años estudia algo relacionado con producción audiovisual, pero parece ser que está aburrido en la universidad. Según él, está perdiendo el tiempo.  Le dice a su padre que en esta época todo es más fácil y que con cierta máquina u objeto relacionado con su carrera podría hacer infinidad de maravillas y aprender más que en un salón de clase; en últimas, sería independiente.

El padre respondía a los reproches de su hijo de forma calmada, actitud que potencializaba aun más su murmullo; sin embargo, dejaba evidenciar su conflicto mientras refutaba las ideas de su hijo.  Imagino que le debería parecer muy extraño que no quisiera seguir en la universidad, un lujo que muy pocos se pueden dar y un gran esfuerzo  que hacen los padres, siempre pensando en lo mejor para sus hijos.

No pude captar la primera parte de la respuesta que le dio a su hijo, pero al concluir la misma le dijo algo como "Yo creo que al llegar a los 30 años es una buena época para pensar en formar empresa, pues ya adquiriste experiencia".  La experiencia, ese intangible que para nosotros tiene una directa relación y  casi la misma importancia que ese otro al que llamamos tiempo. 

En este punto el padre, al parecer, se dio cuenta que su conversación tenía un intruso auditivo, y acomodó su silla dándome por completo la espalda, para quedar cara a cara con su hijo.

La pregunta me quedó sonando todo el día  ¿Que es preferible?  ¿Un salario pequeño, justo, de más de 6 cifras; pero en definitiva salario, o una independencia que viene con un ingreso que no es fijo y en ocasiones sin rastros de un billete o moneda?

Este es uno de los temas que más me raya la cabeza; porque indiscutiblemente el depender económicamente de una empresa o lanzarse a esa gran piscina o abismo del emprendimiento, tiene estrecha relación con la Felicidad, el Éxito y la Libertad.  Como estos conceptos son meramente subjetivos,  tal vez, la  pregunta del hijo nunca tendrá una respuesta certera y/o absoluta.

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