Hoy, mientras hacia una fila para comprar algo, delante mío estaban 4 amigos: 2 hombres y dos mujeres. Fije mi atención en una monita, que le decía en un tono enérgico a su amigo o, como las personas, cual William Vinasco Ch, prefieren llamar a la gente de la oficina, compañero.
"Es que tiene mucho huevo, así no puedo seguir trabajado. Tengo que entregar el informe el Jueves y el man no me colabora. Imagínate que hoy fui a decirle y me respondió "Haz de cuenta que hoy estoy invisible"
Su amigo solo escuchaba, y no musitaba palanbra alguna. A veces es hacer mejor eso, dejar que las personas se desahogen, para luego meter la cucharada. Claro está que hay ocasiones en que cuando terminan de hablarle a uno; no es claro que se debe responder, y mucho menos que es lo que la otra persona espera escuchar como respuesta. Casí siempre es un "pobrecita Fulano(a), El mundo es demasiado cruel contigo" o algo por el estilo. Somos supremamente buenos para ejercer bien sea el papel de víctimas o mártires.
La queja de la mujer no quedo ahí, luego de esto complemento diciendo lo siguiente: "Y después voy a donde Camila; le digo lo mismo y llega y me dice: "Lo siento, hasta que no llegue la orden (de compra supongo) no podemos hacer nada.
" ¿Ahh? no así no puedo trabajar, yo si les voy a decir."
Si tuviera la oportunidad, yo cogería a cachetadas al bobito con facultades de invisibilidad. ¿Qué clase de respuesta es la que le dió a esta mujer? Parece ser que la única invisibilidad que a veces se presenta en el trabajo, es perderse y no querer ayudar a los demás; bajo el lema "Ese no es mi trabajo".
Más que invisibilidad, lo que se encuentra por montones en cualquier oficina y/o empresa es imbecilidad.
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