miércoles, 8 de julio de 2015

Leer para descansar cerebralmente

Hace muchos años madrugaba con mucha facilidad.  Hoy en día, en ocasiones, es algo que me cuesta mucho.  Tengo un amigo que desde que lo conozco, sé que madruga mucho. Hoy   Le pregunté que si no le cuesta trabajo.

 El me dijo que si, pero que la esencia o clave para poder hacerlo consiste en no producir nada de noche.  Le pregunté a que hacia referencia y me dijo que procura hacer todo el trabajo duro por la mañanas, y que cuando llega a la casa por la noche lo primero que hace es dejar el celular por ahí y no lo revisa hasta el día siguiente. Tampoco mira televisión para poder reposar de mejor forma.  Me dijo que lo que hace es conversar con su esposa o  llamar a alguien (esto no lo aclaró,  me imaginó que lo hace desde un teléfono fijo, o no  tendría mucho sentido lo de alejarse del celular).

Hace poco, antes de dormirme me puse a ver una película de patacera, bala y cuchillo.  Esa noche tuve una pesadilla.  Después de ese incidente, alguien me contó que ver televisión por las noches pone el cerebro a mil.

Le comenté esto a mi amigo y estuvo de acuerdo; me dijo que ver mucha televisión por las noches lo fatiga y desgasta a uno.  Le conté  que algo que yo no podría dejar de hacer nunca por las noches es leer, la respuesta y punto de vista que me dio me gusto mucho.

Mi amigo asegura que lo que buscamos al llegar a la casa después de un largo día de trabajo es sentirnos bien.  La televisión puede que nos alivie pero al mismo tiempo nos aleja de un estado de paz; en cambio, la lectura nos distrae, pero al mismo tiempo nos conecta con nosotros mismos.

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