"En este mundo se vive y se muere en un segundo" dice una línea de la canción "Tu Sonrisa" de las 1280 Almas, que me gusta mucho por su letra y además porque conozco a la mujer a quien fue dedicada.
Un segundo no es nada dirán algunos, si lo pensamos en minutos son 60, una cifra numérica con más peso que el solitario uno. Algo que siempre hago por las mañanas después de que suena la alarma del despertador, es definir un número de minutos, por lo general 5, y contar mentalmente los 60 segundos de cada uno. Suelo creer, o me digo a mi mismo que voy a descansar lo más plácidamente posible esos minutos, que incluso van a ser más placeneteros que las horas de sueño que acaban de pasar; a la larga creo que eso solo le colabora a mi tedio de tener que levantarme de la cama, y creo que a veces me quedo dormido en medio del conteo, o se me cruza cualquier pensamiento y entonces esos segundos de descanso placentero nunca son exactos, en fin.
entonces (si se fija, estimado lector, tan solo al leer esta palabra ya paso un segundo) lo que en verdad se puede hacer en un segundo es nada, si acaso contarlo y ya. Lo realmente enigmático del segundo, es que a pesar de lo insignificante que puede ser, a veces trae consecuencias desastrosas.
Ubiquémonos, por ejemplo, en las primeras decadas del siglo XX. Hitler vivía en un albergue para hombres en la calle Meldemannstrasse de Munich. En esa época intentaba ganarse la vida pintando acuarelas. Finalmente se presentó a la academia de bellas artes y no logró ingresar. ¿Cómo se habrá enterado? la conversación podría haber sido la siguiente:
Hitler llego a la academia de bellas artes y emocionado le dijo "Buenos días, me gustaría saber si fui admitido" a una secretaria que tenía los resultados.
"Nombre completo por favor"
"Adolf Hitler"
La secretaria deslizo su índice hasta llegar a los apellidos que comienzan por H: Haas,
Heinrichs, Herrmann, Höfler, Hoover, Hidmann, Hiebaum Hildmann, hasta que llegó a Hitler. Luego deslizó su dedo hacia la derecha, a la columna titulada "admitido", que decía "NO".
"No" le respondió, y luego complemento la negativa con alguna frase de consuelo.
Fue ese "NO" que se puede pronunciar en un segundo, lo que condujo a Hitler a reforzar su posición e ideas antisemitas? Nunca lo sabremos, pero de ser así, queda claro que si en un segundo no pasa nada, resulta extraño toda la cadena de acontecimientos que lleva guardados.
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