Hace ya bastante una mujer me hizo un favor. En ese entonces le propuse invitarla a un café para darle las gracias; incluso, en el intercambio de mensajes que tuvimos, ella me sugirió un sitio el cual le gusta mucho, con lo que supuse que había aceptado mi invitación. Le dije que me parecía perfecto, pues ando en una búsqueda continua del mejor capuchino de la ciudad.
Después de unas dos semanas, le volví a escribir, recordándole la invitación, pero nunca me volvió a responder. ¿Qué significa para las mujeres una invitación a tomarse un café? La verdad, mi única intención era agradecerle y charlar un rato, nada más. ¿Sería posible que esta mujer pensó que mis intenciones eran otras?
La verdad tomar café y hablar sobre cualquier cosa es uno de mis planes preferidos, así que si invito a alguien a hacerlo, seguramente no solo será por ver a la otra persona, sino porque es algo que me hace sentir bien y me gusta, es decir, mera satisfacción personal.
Creo que uno de los grandes problemas que todos tenemos hoy en día es echarle demasiada tiza a cualquier asunto de nuestras vidas, por más sencillo que sea, y a partir de ahí darle un un significado distinto.
Lo mejor sería que todo, importante o no, nos resbalara. Finalmente no conocí el lugar que esta mujer me recomendó, donde posiblemente hacen el mejor capuchino de la ciudad.