Estaba en cuarto semestre y tenía un parcial de álgebra Lineal. Me había tirado esa berraca materia, y a pesar de estar repitiéndola sentía que no sabía nada. Para unos ejercicios con matrices era necesario saber unas fórmulas. Para un parcial sentí que mí cabeza no iba a funcionar y decidí copiarlas en una hoja pequeña, de esas que regalan en los bancos y que sirven para anotar una lista pequeña de mercado, un número de teléfono, o bien fórmulas matemáticas.
La berraca matriz esa, que es el resultado de cambiar las filas por las columnas de la matriz original, cuenta con un montón de fórmulas llamémoslas cara e' chimba, que se utilizan para unas demostraciones que de nada sirven en la vida. por ejemplo:
(α ·A)t = α· At
(A · B)t = Bt · At
Como tenía nervios y las confundía con frecuencia, las anote juiciosamente en el papelito como si después del exámen fuera a ir al supermercado a pedir tres libras de matrices transpuestas. El día del parcial llegué al salón y ya habían organizado las sillas en filas e hileras. Saqué la hoja de examen y en un movimiento rápido introduje dentro el papelito con las fórmulas.
Imagino que de puro reflejo me eché la bendición, y vi que la profesora estaba inspeccionando que no hubiera nada raro en cada puesto. Cuando llegó al mio, al parecer notó mis nervios y levantó la hoja de examen en un movimiento fuerte. El papelito de las formulas salio volando y ambos lo seguimos con la mirada; parecía una pluma a merced del viento. Cuando por fin tocó el suelo la profesora me preguntó:
"Qué es eso?" y yo actuando lo más cool posible cómo sin darle importancia a su pregunta y el incidente, le respondí: "Ahh, unas fórmulas", ni modo responderle que era una lista de mercado. "guarde eso, por favor" me dijo, y continuo con la revisión de los puestos.
No recuerdo como me fue en ese parcial, me imagino que mal, porque las copias así no sirvan de a mucho por lo menos dan una falsa sensación de seguridad.
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