miércoles, 29 de junio de 2016

Pantalón "decente"

Soy malo para la moda, es decir, trato de no preocuparme mucho por mi vestimenta.  Casi siempre ando en Jeans y muy pocas veces utilizo pantalones, de esos a los que se le suele denominar como "decentes".  

Hoy tengo un evento y, como vamos aceptando códigos de conducta porque sí, se supone que debo vestirme "decente", concepto que, en cuanto a vestimenta, no rima con jeans, sudaderas, pantalonetas, etc. 

 Puede que uno sea una persona justa, honesta, aseada, y de buen obrar, pero la vestimenta, a ojos de otras personas, aniquila nuestra identidad inmediatamente. Por eso pensamos que el ejecutivo de traje y corbata es mejor persona que un rastafari con los brazos llenos de tatuajes, mientras que el segundo puede llevarle una distancia años luz en decencia al primero.

Como le venía contando, estimado lector, suelo andar en jeans, y el número de pares que tengo en mi closet no suele superar los dos. Ahora como acontecimiento extraño tengo tres,  los dos de combate y uno que poco a poco se fue desgastando y tiene soberanos huecos en las rodillas.

Después los jeans, aquellas prendas tan ajetreadas, suelo tener una chaqueta o chamarra (Excelente palabra esta, aquellas que involucran la ch, que ya no se considera letra, siempre serán mis favoritas) a la que también suelo darle palo, y luego unas camisetas, de cuello, también pertenecientes al bando de la "ropa decente", que cuelgan, como cadáveres, de los ganchos.

En el grupo de pantalones "decentes" hay uno beige de dril, oto negro que me he puesto muy pocas veces, y otro verde que nunca me gustó, que creo se pudrirá en el closet sin que me lo vuelva a poner, entre otros.  De ese combo de pantalones "decentes" el que suelo escoger es uno azul, que creo  combina con todo.  A pesar de ser mi prenda "decente" favorita, hoy que me lo puse, reafirme lo que ya había pensado anteriormente: "Este pantalón me cae mal".  

No sé bien como explicar ese sentimiento hacia una prenda de vestir, pero creo que la mayoría de personas me entiende.  En mí caso, creo que el pantalón azul se cree con un estatus diferente al resto de ropa que se encuentra colgada en el closet y que si mira por encima al  resto de pantalones decentes, pisotea y desprecia a los jeans.  

Quiero hacerle entender a esa prenda creída, que no llega ni a los talones a los blue jeans, y que sólo me lo pongo para cumplir con esos formalismos ridículos e imaginarios de vestimenta adecuada.

El día menos pensado voy a agarrar unas tijeras y masacraré al pantalón azul, de paso al verde, y el negro se salvará solo de acuerdo a su conducta.

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