lunes, 12 de diciembre de 2016

Jonathan

Domingo.   Salgo a comprar almuerzo-comida a eso de las 4 de la tarde. Pienso caminar un par de cuadras, pero un local más cerca de mí casa está abierto y la modorra del Domingo me vence.

En la entrada hay un hombre con un gorro y una sudadera que más bien parece una piyama. Le pido permiso para entrar y responde “Ohh si paurdon”. “Gringo” pienso. 

Hago el pedido y me siento a teclear mi teléfono frenéticamente, a revisar lo que ya he revisado tan solo hace un instante.

El hombre de la entrada se sienta en la mesa de enfrente y bebe una ginger con rodajas de limón y hielo, parece enguayabado. Me habla y evalúo si ignorarlo o responderle, ¿finalmente le suelto un “what?” con desgano.

Me pregunta si hablo inglés, le digo que sí, y comienza a hablar, quiere saber  el precio de hoteles en chapinero. Le respondo que no tengo idea y le pregunto que donde se está quedando. “Las Ferioas” me responde. 

Me cuenta que quiere cambiar de sector, que no es un lugar agradable de noche, pero que ya tiene la última noche cancelada y no quiere perderla. Estuvo de paseo por Barichara, Chiquinquira y otro par de lugares que intenta pronunciar sin éxito alguno. Su última parada antes de Bogotá fue Medellin; allá fue al concierto de Guns and Roses, "No paré de brincar las dos horas que duró" dice.

Comenzamos a hablar sobre Rock. Me cuenta que cerca al sector donde vive en Miami viven Brian Johnson, cantante de AC/DC, Joe Perry, guitarrista de Arosmith y también el vocalista Steven Tyler. De este último no se acuerda el nombre, hasta que se lo mencionó y responde con una sonrisa “Oh yeah”. Afirma que también vio a Jethro Tull y Scorpions hace un par de años, pero cuando le mencionó a un par de integrantes no tiene idea quienes son.

Me recomienda que busque un video de una presentación en vivo de Billy Idol con Slash. “Es impresionante ver como se entendían en el escenario” dice. En ese momento la mesera le trae una taza con arroz que complementa una sopa con fideos que está tomando”. La mira morbosamente y le dice “Gracias mi amour” y, con la boca medio llena, mientras cucharea con ganas, sonríe y concluye “man. I’m a foodie ”. También me pregunta que si he visto a Anthony Bourdain; afirma que su gusto por la comida es similar al del él y que también le gusta cocinar, pero que no es un chef no nada por el estilo.

Entre cucharada y menciones de grupos de rock y sus integrantes, aprovecha para preguntarme el nombre. “Juan” le digo a secas y responde “Mucho gusto Juan soy Jonathan”. Luego le pregunto que qué hace. Me dice que es pensionado y que todos los años aprovecha para venir a Colombia por 4 meses y que está evaluando la posibilidad de venirse a vivir del todo al país.

Me pregunta que a qué me dedico y le respondo sin muchos detalles. Luego le pregunto qué estudió y me dice que nada, que toda su formación ha sido empírica, “¿en qué? “paleontología y excavaciones.” Responde.

La mesera me pasa la bolsa con mi pedido para llevar. Me despido y le deseo un buen resto de estadía en la ciudad.

Camino a mi casa pienso si todo lo que me contó es verdad o no, y si no le estreche la mano a un asesino en serie.

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