lunes, 26 de marzo de 2018

Andar ligero

El hombre cuenta que ayer a las 4:00 a.m, cuando se dirigía hacia el trabajo, lo asaltaron y que por eso le tocó estrenar celular. También dice que nunca en su vida había sentido tanto pánico y terror. 

“El consejo que te puedo dar,—dice mientras parece recordar el amargo incidente y suspira para continuar—lo mejor es que cada vez que salgas de tu casa lo hagas lo más ligero posible, llevando la menor cantidad de cosas en tus bolsillos, porque no te imaginas, te lo revisan todo, hasta los calzoncillos.” 

El hombre dice que trató de ponerle la mejor cara a lo que le ocurrió, a no repasar el asunto en su cabeza una y otra vez, a dejarlo pasar. 

Me gusto eso de salir de la casa con la menor cantidad de cosas encima, algo que uno debería extrapolar a la forma de llevar la vida, pues tratar de andar ligeritos, en cualquier contexto, es un arte que a todos, creo yo, nos hace falta perfeccionar. 

La actitud del hombre, la forma en que reflexionó acerca de su robo, me recordó a Platon Karataev, un personaje que aparece en los últimos capítulos de Guerra y Paz. 

Karataev es tomado prisionero por los franceses cuando estos se toman Moscú. Es un hombre con pinta ordinaria al que llamaban “Pequeño Halcón”; la personificación eterna del espíritu de la simplicidad.  Para él, su vida no tenía sentido alguno como algo aparte y separado, sino como parte de un todo del que siempre estaba consciente. 

His words and actions flowed from him as evenly, inevitably, 
and spontaneously as fragrance exhales from a flower. 
He could not understand the value or significance of 
any word or deed taken separately.”

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