Tomo un test de personalidad, supuestamente confiable, por Internet, es decir, no el de una revista de peluquería, sino uno al que un grupo de profesionales de diversas ramas le han invertido tiempo en su elaboración; podría decirse entonces que es uno serio.
El test, mediante diferentes afirmaciones sobre las que uno debe escoger si esta de acuerdo ,en desacuerdo, o si ni le van ni le vienen; califica diferentes aspectos: Abertura a experiencias, responsabilidad (tesón), extraversión o surgencia, o lo que sea que eso signifique; cordialidad, entre otros.
Se esfuerza uno, a lo largo de la vida, en tratar de ser alguien, es decir, en tener una personalidad; de ser consistente en el actuar, de que las personas que conocemos, nuestros amigos y familiares, se formen una imagen de cómo somos: buena gente, tacaño, perezoso, pilo, vivo, etc.
Trata uno entonces de serle fiel a esa imagen o, si no es así, a la que uno le apuesta, independiente de si coincide o no con la que los demás se han hecho de nosotros, pues casi siempre, independiente de si hacemos el bien o el mal, creemos que la manera en que actuamos es la correcta.
Les contaba que hice el test, que califica cada aspecto de 0 a 100. En el ítem fantasía, que hace parte del grupo “Abertura a experiencias” obtuve un puntaje de 90, supuestamente porque soy un individuo imaginativo, a quien el mundo real le parece demasiado soso y vulgar. No sé si la saqué del estadio en este punto o si simplemente vivo en las nubes y evito eso que llaman “mundo real”, aunque no es momento de entrar en la discusión de qué es real y qué no.
El test también mostró que soy medio rata, pues en el ítem “Juicio benévolo de los demás” obtuve un puntaje de 10, supuestamente porque no soy compasivo ni de buen corazón, y el dolor de los demás me vale huevo, aseveraciones con las que estoy en total desacuerdo.
Qué difícil es eso de la personalidad, decir quiénes y cómo somos, aspectos que, creo, dependen de miles de variables emocionales, que a su vez dependen de hormonas y esos callejones oscuros sin salida que todos llevamos en la cabeza. El test, imagino, tendrá algo de verdad, pero también depende de muchas otras cosas: subjetividad, ánimo al momento de contestarlo, tiempo, etc.
"Conócete a ti mismo.. Es fácil decirlo, y aún más creerlo; después, en
los momentos de ruptura, de implosión; de caída en uno mismo, lo que se descubre
es otra cosa. Cebollas infinitas, no termináremos jamás de retirar las telas, que nos
abarcan desde los siete velos de Salomé hasta la prodigiosa espeleología del psicoanálisis;
debajo, siempre más abajo, el centro rehúsa dejarse ver al como es. Estamos lejos
de muchas cosas, pero de nada estamos más lejos que de nosotros mismos."
- Julio Cortázar -
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