jueves, 18 de abril de 2019

La carnicera impoluta

Camino, es temprano y las calles están desoladas. Una mujer viene caminando en sentido contrario; lleva un delantal blanco, gorro y botas del mismo color. Es una carnicera pienso, aunque las botas no son negras y el delantal no tiene ni una sola mancha de sangre, está impoluto; me gusta como suena esa palabra. 

A medida que nos acercamos se perfila hacia mí, ¿Qué querrá? 
“Hola, buenos días, ¿usted sabe donde queda el supermercado? 
“Hola, sí. ¿Si ve allá ese parque?, cuando llegue a él, doble hacia la derecha, camina un poco y ahí lo encuentra”. 
“¿Ahí donde está el carro?”, pregunta ahora. La noto desubicada, así que le respondo: 
“No, no, en el parque. Si quiere vamos, que yo voy a pasar por ahí” 

Después de que empezamos a caminar, le pregunto si trabaja en un restaurante y responde que sí, que en la cocina de Crepes. Que la mandaron a comprar arroz y unas pastas, para el almuerzo. Siempre que escucho esa palabra, el lingüista que llevo por dentro entra en conflicto: ¿Es válida?, ¿no debería decirse pasta en vez de pastas? Igual me ocurre cuando escuchó la frase “las platas”, o cuando alguien me pregunta: “¿Quieres celebrar mis cumpleaños?”. 

Me encuentro con un link que dice que cuando se quiera utilizar el plural de pasta, debe usarse la forma espaguetis, pero esa palabra también me suena extraña, me parece que es una palabra que utiliza un personaje de una serie de televisión turca, por decir cualquier cosa, traducida al español. Siento lo mismo cuando alguien dice cena en vez de comida, en fin. 

Ahora Le pregunto a la carnicera no-carnicera que si no comen los platos de Crepes. Me responde que si, pero que hay veces que se aburren de comer siempre lo mismo y que por eso cocinan otras cosas más caseras. 

También me cuenta que cuando se encontró conmigo iba de vuelta al restaurante porque le había preguntado a un señor, pero este le había dicho que no tenía ni idea donde quedaba el supermercado. 

“Mire es aquí”, le digo a la carnicera impoluta una vez llegamos al sitio.
“Muchas gracias”, responde y luego cruza de afán la calle.

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