miércoles, 18 de agosto de 2021

Colores, Rayuela y regalos

Son 12 y vienen en un tubo de Cartón paja con una tapa que tiene incorporado un tajalápiz. Me los dieron en una feria de libro para promocionar el Mazda 3 Skyactiv. Eso prueba que en este mundo hipercapitalista, a uno le pueden meter un carro por los ojos cuando lo que se quiere es ver y comprar libros, en fin.

Recuerdo, vagamente, que la mujer que me lo dio era de tez blanca y llevaba una camisa plateada y un pantalón dorado; era un uniforme como espacial. Estaba ubicada en la entrada de un pabellón repartiendo volantes, y si uno le prestaba atención al pequeño discurso que tenía preparado, se llevaba como premio el tubito con los colores; así casi siempre funcionamos, con una recompensa al final.

Justo después, cuando empecé a recorrer el pabellón, me dieron un separador. Era negro y, en letras blancas, tenía una cita de Rayuela:

"Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y 
entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez 
más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, 
se superponen y los cíclopes se miran, respirando
confundidos, las bocas se encuentran y luchan
 tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas
la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde
 el aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio."

Después de leerlo pensé en dos cosas: que en algún momento de mi vida quiero llegar a escribir algo tan potente y lo otro, que tenía que leer esa Novela.

Me prometí hacerlo ese año, pero al final no lo hice, y esa lectura solo me encontró cuando mi hermana me regalo una versión conmemorativa de la novela, que había comprado por puro capricho, pero que nunca leyó.

Nunca utilicé los colores y siguen con la punta intacta. Si utilice la novela, pero ahora está igual de archivada que los colores.

Uno debería regalar lo que no utiliza, como los libros ya leídos.

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