"To avoid criticism, say nothing, do nothing, be nothing."
Lee Camila Osorio en el estado de Facebook de Jose Cáceres, un cabrón con el que salió por dos meses y que se la pasaba criticando a medio mundo.
Osorio hace una búsqueda rápida en internet y se encuentra que la frase está atribuida a dos personas: Aristóteles y Elbert Hubbard, un escritor estadounidense
“no pues ahora resultó filosofo”, piensa.
"Estás como gorda, ¿no? Sería bueno que bajaras unos kilitos", fue lo que le dijo un día el tarado de Cáceres, y ese fue el detonante para dejarlo, y ahora véanlo ahí, colgando frases culas en sus redes sociales.
Y sí, puede que estuviera gorda. A Osorio le cuesta un montón bajar de peso, pero si se trata de ganarlo, cree que no hay persona en el mundo entero que le resulte más fácil que a ella. Piensa que "Ganando peso", es es la respuesta que debería dar en las entrevistas de trabajo cuando le pregunten en qué se considera buena.
Siempre ha soñado tener uno de esos metabolismos extraños con el que cuentan algunos de sus amigos y familiares, que llevan una vida repleta de excesos, y que van por la vida sin barriga ni papada que los delate.
"Además, ¿para qué andaba conmigo si tanto le molestaba mi aspecto?", se pregunta.
La frase que acaba de leer le hace pensar que no hay forma alguna de evadir las críticas, que siempre habrá alguien dispuesto a regalarnos una, sin importar cuál sea el contexto.
A la larga todos somos así, piensa, nos la pasamos criticando aquello que no está acorde con nuestro estilo de vida o visión del mundo.
Pero lo otro, el quedarnos callados y hacer nada es, piensa, una verdad absoluta. No sabe si esa actitud evita las críticas, pero cree que lo mejor es no hablar si no se tiene nada bueno por decir.
Ser como una mota de polvo, piensa Osorio. Ir de un lado para el otro al vaivén del viento. No pensar, no ser nada ni nadie.
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