jueves, 21 de julio de 2022

Escribir desde el pasado

Estoy de viaje, pero de pura pisco rigidez y, como ya saben, para que el curso de la vida y el equilibrio del mundo no se despiporre, redacté esto hace unos días.

Por eso digo que escribo desde el pasado, pero es una vil mentira, pues lo escrito, escrito está y lo único que hago en este momento es pegar mis ojos a la pantalla del celular para editar el texto.

Qué incomodo es eso de escribir en el celular, toda mi admiración para Pilar Quintana, que escribió La Perra en un aparato de esos, para poder cuidar a su hijo recién nacido.

Un texto de cierta forma es un hijo, y si digo esto es porque no tengo ni idea como continuar lo que escribí en el párrafo anterior, así que opté por la fórmula barata de la libre asociación de ideas o la escritura automática, aunque es posible que de barata no tenga nada porque puede ser la fuente de ese inconsciente que pretendo encontrar.

Pues sí, un texto es como un hijo hay qu tratarlo bien y cuidarlo al principio, pero después hay que soltarlo dejarlo de arreglar o peluquear y que vea como se las arregla  solito contra el mundo. Algunos hijos, como los clásicos, les va bien y serán casi igual de viejos y consistentes que el viento, pero hay otros que no llegan ni al primer capítulo, incluso ni la primera página o párrafo.

Un minuto de silencio por ellos, Gracias, sigamos.

¿Hacia donde? no lo sé, de hecho creo que nadie lo sabe, pero somos buenos creyendo que tenemos todo bajo control, como el curso de nuestra vida, por ejemplo, pero en el fondo sabemos que "En este mundo se vive y se muere en un segundo", como dice la canción Tu sonrisa de las 1280Almas.

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