Creo que si uno piensa que otra persona hace bien algo hay que decírselo, más si es algo que a uno le gusta o que practica con cierta frecuencia. Muchas veces leo textos que han escrito otras personas y pienso “¡joder!...”
Así inicio la frase, con el bajo, imagino, porcentaje de español que cargo en mi ADN, gracias a mi apellido Rodríguez que, me entero ahora, es originario del antiguo reino de Castilla.
Volviendo al tema, les decía que pienso: “¡joder, como me gustaría haber escrito eso!”. Hace un tiempo, agregué una copy en Linkedin y en su banner tenía un texto buenísimo. Cuando aceptó mi invitación a conectar le escribí y le pregunté si era de ella, pues pensé que lo había copiado de algún lado. Me respondió que sí, que era de su autoría. La felicité y le dije lo que estaba muy bueno y que me habría gustado que se me ocurriera a mí, y ahí quedó la conversación.
Igual hasta ahí tenía que quedar, pero a veces pienso que de pronto la mujer pensó que fue un intento fallido de coquetearle o de pronto quería coquetearle de forma inconsciente y fallé, en fin...
También sigo a otra copy española a la que le debo un halago. Ella hace un trabajo muy currado, como dicen ellos, porque envía mails todos los días, y siempre los enfoca a la venta, el que le quiero celebrar también tenía ese fin comercial, pero es tenía un rimo tan bestial que más bien tenía pinta de poema, en fin, aplausos para Ana. Además de todo es fan de Rosa Montero, entonces es de las mías.
Pues sí mis queridos panes de trigo, es bueno eso de andar alabando el trabajo de los demás, ya les digo tíos.
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