Cuando terminé la universidad no tenía muy claro que quería hacer a partir de ese momento– Ahora no es que diga uyy que bruto como la tengo de clara en esta vida, pero bueno, eso es un tema que dejaré para “De la vida y otros ensayos” un libro que lo más probable es que nunca escriba–. Me atraía la idea de un trabajo dinámico en el que no tuviera que repetir una misma tarea todos los días. La cámara de comercio de Bogotá ofrecía un diplomado en consultoría empresarial y pensé que esa podría ser una opción a lo que estaba buscando, así que lo tomé.
En la primera clase llegó el momento de la típica presentación de: nombre, diga qué hace y qué le gusta, todos nos presentamos más o menos de forma normal hasta que llegó el turno para Alexander. Ya no recuerdo cuál era su apellido, pero si su objetivo en la vida.
Cuando llegó su turno se puso de pie, se abotonó la chaqueta y comenzó a hablar mirando hacia el frente, como a un punto en la distancia, probablemente el futuro, que ninguno de los que estaba en la sala podía ver: “Hola a todos, mi nombre es Alexander y voy a ser el hombre más rico de toda Colombia”.
Pienso en esto, es decir, en trazarse objetivos de vida, por la muerte del escritor español Javier Marías. Leí un artículo que contaba su vida resumida desde que era un bebe y posiblemente importunaba a Nabokov con su llanto, pues el escritor ruso había vivido en el piso de arriba en la casa que su familia ocupó en el Wellesley College de Massachusetts, hasta cuando vivió en Paris y se alimentaba a punta de Pan con mostaza.
El objetivo de Marías era claro: escribir como si de ello dependiera su vida y al final lo logró. Parece que, si uno desea algo con mucha fuerza, es un deber convertirlo en obsesión para alcanzarlo.
En cuanto a Alexander, no me importa saber si cumplió con su objetivo o no. Allá cada persona con sus obsesiones o lo que sea que se les cruce por sus cabezas; creo que están en su derecho de perseguir sus "disparates" mientras no le hagan daño a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Un comentario a $300 dos en $500