martes, 1 de marzo de 2016

11:00 p.m

Esa hora es mi momento preferido para leer, porque casi no hay ruido.  No significa que únicamente lea en ese momento del día o que precisamente a partir de las 11:00 lo haga,  o que  solo durante ese minuto lo pueda hacer y que a las 11:01 ya no sea una buena hora para hacerlo.  Ayer mientras leía miré el reloj y eran las 11 pasadas, fue ahí que se me ocurrió el tema.

Me gusta esa hora, porque el silencio es algo que siempre ayudará a que uno se concentre mucho mejor en la lectura. Como todo tiene sus desventajas y es que si estoy muy cansado, después de un par de páginas el sueño me comienza a ganar y el peso del libro dobla mi mano y hace que este se estrelle en mí cara.  ENtonces uno se despierta sobresaltado y nuevamente intenta leer un par de líneas y no entiende nada. En esos momentos lo mejor es cerrar el libro y dejar la lectura para el siguiente día, o sino algunas líneas de la novela quedaran mal leídas, y  ¿cómo saber que precisamente esas frases que uno lee(o no lee) en medio del sueño son las más importantes? imposible saberlo pues quedan en el olvido y uno suele continuar la lectura donde dejo el marcador, y poco o nada se preocupa por repasar lo leído, o no leído más bien.

La noche siempre será complice de buenas cosas, una de ellas es la lectura.

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