Hablo, claro está, en sentido figurado. Hago esta aclaración porque el otro día vi que una mujer, de otro país, que sigo en twittter, publicó algo como: “ya sé qué día de este mes debo dejar de existir”, o algo así decía su trino.
En ese momento pensé: ¿no será una indirecta de ese tipo de personas que están a punto de quitarse la vida, pero que en apariencia actúan normal y hacen ese tipo de comentarios tratando de sonar graciosas?
“Voy a escribirle al privado”, me dije, pero al final no lo hice. Muy mal de mi parte. ´Hace unos días vi otra publicación de ella, así que su rollo si iba en modo broma, o otra persona sí le escribió, en fin.
Les decía que me gustaría quitarme la cabeza, porque a su cerebro, que viene a ser el mío también, le dio la gana trasladarse al futuro, ese territorio completamente brumoso del que nada sabemos.
No sé por qué el gran berraco se instaló allá, si es que se puede afirmar tal cosa y se puso a recrear toda suerte de escenarios y situaciones en las que, claro, siempre termino mal parado.
Algo, un comentario, recuerdo, sabor, olor, no logro precisar qué, me disparó la pensadera. Por eso hace un momento dejé de darme en la cabeza con Ubersuggest, mandé a la porra un artículo que estoy escribiendo y me vine pa' este rinconcito a descargar esto que les estoy contando.
Porque escribir es tirar el ancla al presente o como bien lo dijo el escritor Pedro Mairal una vez, y no me canso de compartirlo en este blog:
Escribir me ayuda a estar, a estar bien, pero
bien significa presente, estar bien ahí, bien plantado, estar
muy, estar plus, estar más, hiper estar.
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