Hace poco la vida me lanzó una bola curva y no he agarrado el bate.
Estoy mirando qué hacer con ella. Lo ideal sería batearla, marcar un Home Run y sanseacabó el asunto, ¿no? El punto es que no ha llegado ese momento, apenas viene hacia mí la condenada.
Es extraño porque a ratos la olvido por completo y en otros momentos siento una angustia tremenda, la maldita incertidumbre me come la cabeza y me pregunto: ¿qué carajos voy a hacer?
Así que, para no echarle más leña al fuego, por el momento he decidido no actuar o como leí hace poco: ajustarme el cinturón de seguridad y dejar que caigan las hojas del calendario.
La filosofía china del Tao llama Wu Wei a esa conducta, a ese no actuar, que dista mucho de no hacer nada. A grandes rasgos consiste en resistir los embistes del mar de la vida, hasta que la marea se calme.
Eso hago entonces: esperar a que la bola curva esté a una distancia prudente para hacer swing con el bate y mirar si la impacto o la vida me hace strike, ¿qué más da?, igual no sería el primero que me como.
Mientras tanto leo, creo que es algo que se me da bien, ¿a quién no? Seguro a alguien que no sepa hacerlo, en fin. El punto es que Leer y escribir, y también dibujar, son actividades que no dejan que me desfase hacia atrás ni hacia adelante. Me anclan al presente.
Bien lo dice Pedro Mairal en un artículo: Escribir me ayuda a estar, a estar bien, pero bien significa presente, estar bien ahí, bien plantado, estar muy, estar plus, estar más, hiper estar.
De eso, creo, se trata todo, de Hiper estar en la vida, sino que lo hemos olvidado.
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