viernes, 8 de febrero de 2013

La Trama

Cuando uno decide escribir una historia, bien sea larga (novela) o corta, uno de los elementos más importantes y al cual muchas veces no se le presta atención, es a la trama.  Sentarse a escribir de primerazo es muy rico, ese dejar que las palabras fluyan a través de las manos, es algo que a mí me genera una tranquilidad increíble, en resumidas cuentas me hace feliz, pero creo que  uno siempre debe saber hacia donde quiere encaminar sus escritos.

No quiero decir que escribir por pura, ¿intuición podría decirse?, sea del todo malo, pues usted nunca va a tener definido todos los elementos de su historia y hay personajes que aparecen y usted nos los había vislumbrado en un principio. Me imagino que también  existirán esas personas que pueden catalogarse como"errores divinos", usted sabe,  esos que cualquier cosa que escriben es perfecta. Lamentablemente no pertenezco a ese grupo.

Cuando uno empieza a escribir sin esa especie de "rumbo", llega un momento en que la historia pierde el sentido, por ese hecho  de escribir por escribir, y esto es algo que no solo siente el escritor sino que también termina sintiendo el lector.

El punto que realmente le quiero tocar estimado lector, es que cada uno debe definir la trama  de su vida y si usted es de esos que espera que la misma se escriba a los trancazos, si no quiere "plotearla" o está esperando a que otros se la definan,  ¿no le parece una completa aburrición?.  

Siempre he pensado que una de las mejores cosas de la vida es que uno puede hacer lo que se le de la berraca gana con la misma, por eso lo invito a que no la vaya escribiendo porque le tocó sino que se arme una buena trama; que su historia sea  digna de ser narrada en un libro. 

jueves, 7 de febrero de 2013

Desvanecerse

Muchas veces a medida que las personas crecen se van desvaneciendo.  Es como si cuando eramos pequeños, estábamos pintados y resaltados de puros colores vivos, chillones y fluorescentes, pero a medida que vamos creciendo estos  comienzan a opacarse  y al final resultamos siendo una escala de grises, como esa que se estamos apreciando por las tardes en el cielo de Bogotá.

 ¿Porque nos desvanecemos?.  Creo yo que  básicamente eso se debe a que  cuando "crecemos", mejor dicho, cuando nos consideramos "adultos" o cuando otros lo hacen, es como si nos apagaran el interruptor de "diviértase con las pendejadas mas simples de la vida".  Creo yo que es justo ahí, en ese momento, cuando comenzamos a desvanecernos y perder todos esos buenos colores que teníamos cuando eramos niños.  A mí también me pasa, pero intento a toda costa echarle color nuevamente a cualquier acontecimiento diario, para de esa forma, hacer  la vida más llevadera.

Ahora bien, usted de pronto se preguntó  ¿y porque me habla sobre desvanecimiento de colores y cielo de Bogotá?  ¿se la fumó mijo?.  Si no se lo peguntó, muy de malas porque pienso contárselo, así que traiga más tinto para que siga leyendo.

Hace unos días  estaba escribiendo algo en inglés e ingrese, me imagino, a buscar el significado de una palabra al traductor de google. Siempre que ingreso al mismo, tecleo "traduct..." en la barra de busqueda  de Chrome, para que aparezca la página previamente guardada en el mismo y así darle clic.

Pues bien, ahora siempre que entro a la página del traductor de esa manera  , me aparecen las palabras "Fade in" y por  más que lo he intentado , no he logrado recordar cual era la idea sobre la que estaba escribiendo.



miércoles, 6 de febrero de 2013

Aleatoreidad

Creo que el ser humano en el fondo le agrada bastante la aleatoreidad, por ejemplo,  ¿quien no deja que su reproductor de música vaya escogiendo las canciones de ese modo sin necesidad de preocuparse que es lo que se quiere escuchar?, en mí caso y en el de muchos creo yo,  las ocasiones en que decidimos escuchar una canción o grupo a propósito son contadas.

Nos gusta  aleatoriedad,  porque de cierta forma esta irrumpe en nuestra rutina habitual y no da espacio para esa opción de "quemarnos la cabeza" pensando en posibles caminos o vías para actuar y mucho menos, tener que seleccionar uno de los mismos.

A pesar de que muchas veces pretendemos ir con sombrilla cuando emprendemos cualquier tarea en nuestra vida, en algún recóndito lugar de nuestra cabeza,  siempre estamos esperando que algún evento ponga las cosas de cabeza; lo cual no sería del todo malo, ya que nos desafiaría y  obligaría a pensar de forma diferente.

martes, 5 de febrero de 2013

El resentido laboral

En el mundo laboral podemos encontrar muchos personajes pintorescos, divertidos, etc. que de alguna u otra manera nos alegran el rato.  De igual forma también se encuentran personas realmente fastidiosas con las que uno no espera tener que trabajar nunca.  Uno de esos personajes es el que yo denomino como el “resentido laboral”, el cual tiene ciertas características que lo delatan fácilmente.  Veamos si estamos de acuerdo estimado lector.

Defínase al  "Resentido laboral" como aquella persona que el 99 % de las ocasiones en que se refiere a sus compañeros de trabajo, obligatoriamente tiene que indicar cuales de los mismos considera que sólo van a "calentar silla" (bello término este). 

Nuevamente como ya lo he mencionado un par de veces acá, el ego juega un papel importante, puesto que es el motor principal del "Resentido laboral". Este suele considerar que su trabajo es imprescindible para la organización, y que su remuneración debería ser millonaria, argumento el cual no puede ser más falso, puesto que está completamente comprobado que si ninguno de nosotros es indispensable para una persona, mucho menos lo vamos a ser para una empresa.

Yo creo que el planeta sería un mejor lugar si sus habitantes no estuvieran tan pendientes de lo que hace el otro.  ¡Si!, ese dejarlo ser es fundamental para que las relaciones fluyan entre los humanos. 

En resumidas cuentas preocúpese por hacer su trabajo bien, porque mientras usted no sea el O gran Kayosama (dícese el Jefe supremo) de la compañía, lo que usted piense o no sobre el trabajo de otros vale 3 pesos.

viernes, 1 de febrero de 2013

Desconocidos

Algo que determina como actuamos en la vida y como nos termina yendo en la misma, es a quién conocemos, vamos a conocer o dejamos de conocer.  Con respecto a eso yo tengo una especie de teoría:

Considero que en la vida existen tres tipos de personas; Los "Conocidos", Los "Perfectos desconocidos" y los "Totalmente Desconocidos."

Los primeros son aquellos en los cuales se puede confiar de verdad y viceversa.  Los "Perfectos desconocidos" son ese tipo de personas que andan por ahí revoloteando cerca a uno y que nos van a ayudar a cumplir metas, objetivos, empresas, etc. que hayamos  definido o aun no en nuestras vidas, bien sean de carácter emocional,profesional o de cualquier tipo.  Con estos se tiene un contacto frecuente, pero todavía no tienen el título de conocidos.  Precisamente por eso son "perfectos", porque la vida los tiene destinados para que en algún momento nos alegren la existencia por un determinado periodo de tiempo. 

Los últimos o "Totalmente Desconocidos" son esos que usualmente denominamos personas "X", un punto humano aleatorio en una ciudad con miles de habitantes, pero uno con el que no debemos forzar un contacto a largo plazo, pues los  eventos que vivimos al lado de dichas personas casi siempre terminan  torciéndose para mal.  A pesar de esto muchas personas insisten en enredarse con "Totales desconocidos".



jueves, 31 de enero de 2013

A Largo plazo

Haga de cuenta que usted tiene un producto/Servicio que es lo último en guarachas.  Las personas lo adquieren y en efecto el mismo les genera valor en sus vidas, pero lo utilizan una única vez y pasa todo el furor y expectativa que había generado.

Siendo un poco extremista, algo para lo cual en ocasiones soy un maestro, es como si Steve Jobs hubiera creado un primer y  único y producto y no hubiera buscado la forma para mantener enganchadas a las personas a su marca. Probablemente muchos lo habrían comprado, pero ya, hasta ahí habría llegado la relación comercial, situación que se vería reforzada por la competencia  la cual no pierde tiempo para sonsacar clientes. 

Por eso considero que si usted establece una relación comercial con alguien, aparte de esa venta inicial, que en su momento le da para  la yuquita y "sus dulces", usted debe invertir una gran cantidad de tiempo para mirar como va a retener a sus clientes en el largo plazo, en el  sentido en que cuando se acabe ese nivel de satisfacción inicial,  estos quieran  volver a hacer negocios con usted.  De lo contrario su esfuerzos iniciales quedaron a medias y su competidor se está llevando el carambobo grande y parte de su trabajo.

miércoles, 30 de enero de 2013

Más Juego

Ayer cuando salí a almorzar, una niña pequeña iba caminando cogida de la mano de su padre, vestido con traje y corbata. Lo que alcance a oír de la conversación entre ellos fue más o menos lo siguiente:

Hija: Uishh papi,  ¿entonces en tu oficina hay un salón de juegos?
Papa: Bueno no es exactamente un salón de juegos.  Es una sala con televisor y te puedes quedar ahí el resto de la tarde.

¿Por qué no poner salones de juegos en todas las oficinas?  ¿por qué no dejar que los empleados se metan en cuanta página de Internet quieran?  ¿Por qué no dejarlos vestirse como se les de la gana? ya estamos como grandesitos para responder por nuestro trabajo de la forma que consideremos pertinente,  ¿cierto?

El ser humano siempre ha creído que la madurez de una persona es directamente proporcional a su nivel de seriedad y que entre más serios más rendimos; que pensamiento más estúpido, ¿no cree estimado lector?.  A mí me gusta reírme de meras pendejadas.  Me ofende realmente que las personas crean que uno no es maduro, solo  porque se divierte más fácil, vive menos amargado y no encaja en su limitado concepto de madurez/seriedad.

Volviendo al tema de las oficinas, opino que cualquier espacio donde un grupo de personas se reúna a trabajar, debería tener un salón de juegos, de locha, etc.  Yo al de mi empresa le pondría "Salón del destrabe", pues en el mismo, la gente se relajaría profundamente y tendría nuevos puntos de vista para abordar problemas laborales a los cuales no les vía solución en un principio.

Lamentablemente el mundo laboral u oficinístico, como a mí me gusta llamarlo, siempre ha insistido en mandarnos el mismo mensaje: "Usted es solo una minúscula  hormiguita que debe trabajar sin cuestionar. Si no le gusta, bien pueda váyase, que hay una larga fila de  personas  prestas a tomar su puesto."

Al mundo lo que le falta es Juego.