martes, 22 de octubre de 2024

Desencantarse

A veces compro libros con método. Es decir, leo reseñas, analizo el tema del libro, me fijo quién es el autor(a), si he leído algo antes, pero otras veces –la mayoría– lo hago a punta de feeling: entro a una librería y comienzo a pasear por los pasillos hasta que alguna portada de un libro me llama la atención. Entonces leo su contraportada y un par de párrafos que selecciono de forma aleatoria: uno del principio, otro hacia la mitad y uno de las últimas páginas; eso cuando el libro no está envuelto en un plástico transparente. Según ese método, decido llevarlo o no. Cuando no puedo leer ninguna de sus páginas, la decisión de compra se basa solo en la información de la contraportada y en lo que me transmita el título

En ocasiones doy con novelas buenísimas que leo como si me las inyectara directo a la vena y otras veces me descacho.

Hace poco compré la novela Economía Experimental de esa manera, y la empecé a leer con entusiasmo hasta que hoy, después de 115 páginas, decidí dejarla.

¿Cuántas páginas se deben leer para tomar la decisión de abandonar la lectura de un libro? No sé. De pronto me demoré en tomar la decisión, pero estaba confiado de que la historia iba a tomar un giro que me iba a enganchar, pero al final eso no pasó. Más allá de eso, la razón principal fue que el lenguaje me pareció enredado, me perdía en él y debía releer los párrafos, como si el escritor se esforzará más en sonar inteligente que en contar cosas. Eso fue lo que más me desconectó.

No soy nadie para decir si es una buena o mala novela, simplemente fue una, como muchas otras que he intentado leer, con la que no conecté.

Hubo una época en que me obligaba a terminar de leer los libros, aunque su lectura no me proporcionara placer alguno, hasta que leí las Notas de prensa de Gabriel García Márquez. En ellas el escritor dice la siguiente verdad:

La verdad es que no debe haber libros obligatorios, libros de penitencia, y que
el método más saludable es renunciar a la lectura en la página 
en que se vuelva insoportable.