miércoles, 17 de julio de 2013

Billetera

Si yo fuera un objeto cualquiera, definitivamente no me gustaría ser una billetera, por lo menos no una masculina, pues los hombres no solemos (no he conocido al primero) fijarnos en dicho objeto y siempre utilizamos una cualquiera.   No alcanzo a imaginar la envidia que le debe tener una billetera a un iPhone por ejemplo.

 Por otro lado, ser muy difícil diferenciarse y sobresalir siendo una billetera. Esta siempre termina siendo uno de los últimos recursos cuando no se sabe que regalar. Apuesto a que más de uno tiene, en algún lugar de su casa, una billetera nueva que no ha destapado; la cual fue un obsequio de un cumpleaños, grado, navidad (las tías suelen regalar billeteras para dicha ocasión).  La billetera es como una persona a la cual  nadie quiere pero que resulta siendo completamente indispensable.

Me parece que ser una billetera de mujer si debe ser, de alguna forma, satisfactorio; por lo menos en el sentido en que ellas si dedican un poco más de tiempo e escoger dicho objeto que suele ser todo un universo aparte, pues son más grandes y la cantidad de cosas e información que guardan en estas es impresionante.

Voy a botar a la basura mi billetera y me compraré una que realmente me guste.  Las cosas que en esta vida toca tenerlas "porque si" , son una completa aburrición.

martes, 16 de julio de 2013

Llamar la atención

La semana pasada, mientras leía, me tome un café. En mí caso la vida se debería resumir a eso: leer, tomar café en cualquiera de sus presentaciones y escribir; pero sin necesidad de ser brillante, es fácil darse cuenta que  la vida no es exactamente lo que uno quiere que sea; otras veces es peor, cuando no es lo que parece ser, en fin, de ahí lo importante de  encaminarla hacia  eso que usted considera una berriondera y su razón de ser.    

Pues bien, me encontraba en tan agradable ritual, cuando de repente llegaron a sentarse cerca mío una señora y su esposo con 4 perros Golden Retriever, lo cuales son bonitos, tiernos, amigables, juguetones, etc.

Mientras se comían cualquier cosa, las personas que pasaban por su lado se “derretían” con los perros (así de estúpidos llegamos a ser los humanos. Nos llama la atención una mascota, pero pasamos de largo cuando vemos un niño con hambre en la calle) y los acariciaban o preguntaban cualquier chimbada: “¿Como se llaman?”, “¿Cuánto tienen?”  ¿Bla bla bla?.  Obviamente apenas los dueños notaban la atención que estaban llamando con sus perros, sacaban pecho y daban respuesta a las preguntas planteadas, mientras la señora les daba órdenes en Alemán para que se sentaran, las cuales, al parecer,  nunca fueron entendidas por los perros; posiblemente solo estaba chicaneando.  Todo esto ocurrió en medio de risas y respuestas sencillas de agradecimiento.     


Es posible que esté equivocado, pero me pareció que estas personas aparte de haber comprado los perros porque les gustan los animales, por compañía o por lo que fuera, también los adquirieron para llamar la atención; para relamerse en los comentarios positivos y aduladores que las personas les dan cada vez que los sacan a pasear. Lo peor de todo es que aunque no nos demos cuenta, muchas veces actuamos de igual manera. Intentamos llamar la atención por medio de actitudes, objetos, Redes sociales, personas (esta es una de las peores, pero a veces nuestra pareja no resulta ser más que un requisito o trofeo para mostrar).  Parece ser que el ser supremo que nos creó, si es que existe, pasó de largo el capítulo de la sencillez, o de pronto no fue así, sino que nosotros nos hemos esforzado en borrar dicha característica de nuestro ADN.      

lunes, 15 de julio de 2013

Últimas palabras

Mientras envejecemos en esta tierra, a medida que unos viven y que la vida pasa por enfrente de otros, sin estos darse cuenta, vamos adquiriendo costumbres que vaya usted a saber de donde salieron, por ejemplo, yo todavía no sé de donde diablos adquirí esa extraña manía de romper las tostadas contra el plato una vez les he untado mantequilla, mermelada o ambas cosas; pues me resulta "imposible" comérmelas sin haberlas partido  destrozado mínimo en 4 pedazos

Laura, una amiga, cada vez que comienza a leer una novela, lo primero que hace antes de empezar el primer capítulo, es mirar las ultima frase o palabras de la misma, acto el cual me parece sumamente extraño y que me me niego alguna vez  a realizar.  Obviamente es muy difícil que haciendo eso, logre uno  descifrar la trama o la idea general de la novela; pero creo que si yo lo hiciera, mientras la voy leyendo,  no podría dejar de pensar en esas últimas palabras y estaría a cada instante intentando encajarlas de una u otra forma en la historia, pero bueno si a ella le gusta hacer eso y es su requisito mínimo para leer, como diría un español,  ¡pues venga!. Considero que  cualquier manía, costumbre, ritual es valido mientras promueva la lectura.

 ¿Que espera usted, estimado lector, para coger una novela y empezar a leerla como se le de la gana? 


viernes, 12 de julio de 2013

Conversaciones mudas

Cuando ando sin mi Mp3 me siento desprotegido. El aparatico es lo máximo, porque cuando estoy "conectado" al mismo, mi mente se activa y comienza a generar ideas; de estas algunas se quedan crudas, pero con otras me encariño y las voy cocinando. En ocasiones experimento lo que yo llamo "rumbas internas" y lo único que me falta para gozarme al 100 % la canción que estoy escuchando en un momento determinado, es ponerme a bailar (algún día lo haré).

Hoy la aleatoreidad del aparato me botó una buena tanda de canciones y mientras estaba en plena rumba interna de repente me fije en un grupo de personas que estaban hablando enfrente mío, gesticulando con los brazos y riéndose; yo no les escuchaba nada de lo que decían, lo que ayudo a imaginarme que los integrantes de la conversación. estaban hablando sobre cualquier cosa, con voces agudas como de muñequitos animados. 

A veces sería bueno eso  ¿No le parece estimado lector? que cuando su interlocutor solo bote pendejadas por la boca, es decir, cuando alguien hable meras sandeces, usted lo mire, y simplemente no escuche nada de lo que dice.

jueves, 11 de julio de 2013

Sin humanos

El otro día tuve una reunión y en un momento el tema de la misma se desvió hacia otro en el  cual yo no tenía nada que ver (si usted se fija, las reuniones realmente efectivas son muy pocas. Siempre he creído que a veces los temas en las diferentes organizaciones, se deberían tratar por medio de  un correo o comunicado bien detallado, en vez de reunir a un grupo de personas en una sala y tener, en ocasiones, que aguantarse las ínfulas de grandeza de ciertas personas, en fin la humanidad y su berraco ego); en ese momento y durante un par de segundos miré por la ventana y no vi a nadie, es decir, no vi ninguna persona caminando o carro transitando por la calle.

 ¿Cómo sería al planeta sin nosotros los humanos?  ¿Cuál sería la raza dominante?.  Dicen que los animales piensan; se supone que nosotros pensamos pero a veces nos comportamos como animales, igual a la larga somos el animal que domina el mundo, pero al punto al que voy es  ¿Si por X o Y motivo no nunca hubiéramos existido o dejáramos de existir, quien estaría dominando desperdiciando la tierra?

Algo seguro es que ambientalmente el mundo sería un mejor lugar, pues me imagino que los seres que poblarían el planeta como raza dominante, serían una especie de híbrido  es decir, tendrían características morfológicas de animales, y creo  que eso  los haría mas conscientes sobre el cuidado del medio ambiente, y le apuntarían con más ganas a lo del  Desarrollo sostenible. 


Después de unos segundos, Tocaron nuevamente un tema que me importaba, lo que me hizo salir de mi disertación para realizar un aporte, no me acuerdo si chimbo o no.  Se acabo la reunión y nos despedimos, estoy esperando otra para ver que otras ideas llegan a bailar en mi cabeza.     

martes, 9 de julio de 2013

Cocinar la idea

Una de las cosas que más me gusta de escribir, es lo que yo llamo “cocinar la idea”, proceso que empieza justo cuando una conversación, imagen, recuerdo, etc. Acciona algo en mí cabeza y comienzo a realizar asociaciones de todo tipo en torno a una idea.

Considero que ese tiempo de cocción varía dependiendo del tipo he escrito en el cual usted se quiera sumergir. Está claro que para una novela el tiempo debe ser más prolongado, mientras   que para una columna o artículo puede ser muy corto, cuestión de semanas o  incluso de minutos. En ocasiones mientras se cocina la idea en la cabeza, se van pegando otras que no se tiene muy claro de dónde salen; usted sabe, a veces sus pensamientos son como el maíz pira que se frita en una olla  y saltan de un lado a otro sin ningún tipo de orden, y  resulta difícil contenerlos en la cabeza; yo creo que ese debe ser uno de los orígenes de la escritura, ese momento en el cual  creímos que no todo lo que se nos ocurría  no nos iba a caber en la cabeza y que era mejor dejarlo escrito en alguna parte (que afortunada es la humanidad de que a alguien se le hubiera ocurrido hacer  eso).       

Otras veces, mientras se está cocinando la idea, empieza a llegar información que soporta a la misma, la cual usted no estaba buscando; de pronto usted lee, ve o escucha algo que se relaciona con la idea que tiene en mente y eso incrementa el nivel de la idea, lo  que se puede traducir, dependiendo de la cantidad de información, en terminar de pulir la misma o añadirle más tiempo de cocción.   

lunes, 8 de julio de 2013

Momento

Me parece que en Wikipedia, la Larousse digital y no siempre acertada del siglo XXI, se complicaron con la definición de momento, enmascarándola de forma poética:

"se denomina momento de una fuerza (respecto a un punto dado) a una magnitud (pseudo)vectorial (¿que coños es eso?),obtenida como producto vectorial del vector de posición del punto de aplicación de la fuerza (con respecto al punto al cual se toma el momento) por el vector fuerza"

De pronto es que soy un animal de  monte (bruto de gran magnitud), que ya no entiende nada de dichos temas. Me parece más fácil entender un momento como un torque, igual no me importa que usted entienda o no ese concepto, pues no es mi deber darle una clase de física, además pretendo hablarle de otro tipo de "momento".

Existen momentos en nuestras vidas en los que  todo nos sabe a cacho, y como tenemos una gran facilidad para darnos palo, les damos a los mismos una importancia que no  merecen, la cual hace que crezcan de forma exponencial.

Por otro lado existen los momentos que equilibran a los primeros; pareciera que estos son muy jodidos de encontrar y que se presentan en menor medida que los primeros, pero yo creo que hay millones de los mismos, y que cuando pasan por enfrente de nuestras narizotas simplemente no los vemos, probablemente porque andamos ocupados con uno de esos momentos de "el mundo me sabe a cacho muéranse todos".

Hoy después de almorzar, me senté a tomar tinto y hablar bobadas (una de mis grandes habilidades) con un amigo. Estaba haciendo sol y toda la escena de la que hice parte parecía sacada de una película muy alegre, le juro estimado lector que si la vida fuera como ese momento que experimenté, todos seríamos felices.