domingo, 1 de junio de 2014

Mañanero

Son las 5:02 a.m del 01 de junio de 2014.  Prácticamente se podría ya salir a la calle y decirle "Feliz Año" a cuanto conocido que se nos cruce por delante.  No suelo madrugar los Domingos, pero ayer, a eso de las 8:00, llegué muy cansado a la casa, y me tumbé en la cama sin quitarme la ropa.  En otras palabras no me puse la pijama o piyama; igual es una prenda que ya no utilizo, pues siempre duermo en boxers, y palabra que leo más a gusto escrita de la segunda forma.

Después de un tiempo de estar despierto vino a mi cabeza la palabra mañanero, por aquella expresión de "polvo mañanero".  Descargué mi brazo izquierdo sobre la cama y no reposó sobre ningún bulto de mujer (no se ofendan, gracias), así que el recuerdo de la expresión solo quedó en eso.

Cuando uno se levanta así sin haber programado despertador, sin tener que viajar o salir temprano de la casa; en últimas cuando el día se perfila para perfeccionar aquel fino arte de hacer "nada", hay un momento en que uno se siente, por lo menos yo, como un ser extraño que no encaja en el mundo, o que no sabe a ciencia cierta que es lo que desea.  

Prendí el televisor, vi el final de un programa de bromas de Halloween, cerré los ojos un rato o "hice pereza" expresión extraña esta, pues me hace pensar que en algún lugar del mundo venden dósis de pereza o pereza en lata.  Finalmente sentí sed , digamos, algo concreto.  Me fui a la cocina a servirme un vaso de jugo de naranja con 2 hielos, que es para mí la cantidad adecuada de hielos para enfriar una bebida.  

Siempre que abro la nevera de mí casa, me siento como en un concurso de pruebas, pues esta es muy pequeña y a veces para encontrar lo que uno está buscando se debe jugar una especie de tetris con moldes, ollas, botellas, etc. Cuando interactúo con la misma, siempre me imagino una serie de cámaras que me enfocan, mientras un presentador va narrando lo que ocurre "Se le cae un molde al piso. Ahora veamos que hace con ese huevo, el concursante  parece no encontrar una ubicación para el mismo, el tiempo se le está agotando..."

Después de servirme el jugo, me entraron las ganas de escribir. Casi siempre escribo de noche en mí blog, pero tengo una columna que está taladrando mi mente y a la cual pienso dedicarle tiempo más tarde; así que ahora voy a editar este escrito y esperaré, después de este post mañanero, a que sienta más deseos de hacer algo en concreto.

viernes, 30 de mayo de 2014

Discapacitados

Uno es muy llorón.  La mayoría de nosotros nos la pasamos renegando por esto o por aquello. Nunca estamos contentos con nada, siempre bajo la premisa de que la vida debe premiarnos ¿realmente hemos hecho meritos para demandarle algo a la misma con semejante insolencia?

Llevamos a cuestas altas dosis de ingratitud, y nuestro estado de mártires primero, elimina la gratitud y segundo nos amarga la existencia, no dejándonos  disfrutar de las minucias de la vida.  Vamos por ahí, dándonos tintes de discapacitados, aunque satisfacemos, sin problema alguno, todos los niveles que plánteó Maslow con su pirámide. 

Es entonces cuando la palara discapacitados para personas sordas, ciegas, mudas, etc. pierde sentido  ¿Discapacitados contra quien o en relación a que?  ¿Si nosotros contamos con todos los sentidos y muchas veces no somos capaces de realizar algo, no se nos podría tildar igualmente como discapacitados?

No me imagino como a uno se le podría derrumbar el mundo si perdiera un sentido como el habla, el oído o la vista; sin embargo, hay personas como los sordociegos que llevan una vida completamente normal y no van quejándose por ahí de su existencia y lo "desgraciada" que se podría considerar la misma.

Una vez fui a un evento en la Biblioteca Luis Angel Arango, que consiste en (imagino que todavía lo realizan) leerle a un grupo de ciegos.  Ese día se estaban leyendo un conjunto de leyendas y a muchos de los ciegos, cuando les mencionaban un puma, por ejemplo, no sabían como era, así que a través de una figura en barro y por medio del tacto y la narración se podían hacer una  idea mental de las características físicas del animal. 

A mí, por ejemplo, me aterra pensar perder la visión, pues significaría entre otras muchas cosas, no volver a leer.  El hecho de no poder leer, para mí, sería  una especie de muerte en vida. Así lo concibe uno en su pequeño cerebro, mente e imaginación.Los sordociegos, en cambio, no se quedan en ese lamento eterno, y en medio de su desventaja le sacan partido a la vida, en gran parte solo mediante el tacto y un método de comunicación que se llama dactilológico.

A la larga creo que todos somos iguales, y en el orden de ideas expuesto, también discapacitados.


jueves, 29 de mayo de 2014

Vielleicht

A mí el idioma Alemán me gusta mucho por su alfabeto y sus ligeras diferencias con el del Español; con la ya casi olvidada letra ß remplazada actualmente por dos eses seguidas, sus vocales ä, ö y ü con Umlaut (diéresis), y palabras cortas con una fuerza fonética única como Schnell (rápido) o  la que titula este post que significa en español quizá, tal vez o de pronto, y en  Inglés maybe o perhaps.

La palabra Vielleciht (que se pronuncia como filaigt) la vine a conocer en mi primer curso de Alemán, y también me gusto porque es una palabra de combate, es decir, muchas veces cuando el profesor le preguntaba algo a uno y por más esfuerzo que se hiciera no se entendía en absoluto la pregunta, uno tenia la posibilidad de responder con esa palabra que cabe como respuesta a muchas preguntas.  Cuando abrí mi cuenta en twitter al poco tiempo dude sobre la doble l; aunque es aceptada con una sola, la forma gramatical correcta es con dos eles.

Cuando interactuo con un grupo nuevo de personas,  tengo la mala costumbre de ponerle apodos a las mismas, no con el ánimo de ofender sino simplemente para tener las nuevas caras frescas en la memoria. En mi primer curso de Alemán tuve la fortuna de conocer a un amigo que entendió mi metodología a la perfección y la aplicó sin mayor esfuerzo.

A Uno de los personajes de este curso le pusimos dos apodos; uno era Psycho Killer, primero porque siempre llegaba vestido con gabardina y gafas oscuras. y segundo porque no teniamos ni  idea de cual era la traducción al alemán. Pensabamos entonces que en cualquier momento sacaría una escopeta  escondida bajo su ropa y empezaría a disparar contra toda la clase. Afortunadamente Psycho Killer nunca mostró conductas extrañas en clase; tal vez nos consideró muy simples para amargarnos la existencia.  

El segundo apodo fue Vielleicht, porque casi siempre que participaba en la clase o le preguntaban algo, utilizaba el esta palabra como muletilla y la soltaba como respuesta; o las frases que componía tenían inmersa a la misma (el nivel de Alemán de Psycho Killer para ese entonces lo considerabamos bueno, pues solía no responder con simples monosilabos, como muchos de nosotros, sino con  frases compuestas que considerabamos muy complicadas).

Cundo le preguntaban que habia hecho el fin de semana, siempre respondía lo mismo: Spazieren mit meine Freunden, que podría traducirse coloquialmente como "Parchar con mis amigos", y acto seguido cuando le volvían a preguntar und was noch? ( ¿Y qué más?)  se daba el lujo de responder de forma tajante  nicht mehr (nada más).

Probablemente algún otro día les cuente sobre "Tras Bambalinas", "Shiny shoes", "1000 Euro" o "Screiben" otros personajes que componían ese pintoresco primer curso de Alemán.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Peugeot

Hoy mi hermano llevó a un concesionario el Peugeout que nos acompaño por más de 15 años, para que le dieran cualquier cosa por el mismo, Hacía rato que venía funcionando mal y no valía la pena mandarlo más al taller. La vejez hace presencia en todo.

Una de las primeras cosas que me contó mi hermana mayor cuando salí  del coma, fue una historia sobre la compra del Peugeot.  Yo, tendido en la cama del hospital, todavía no entendía muy bien que era lo que pasaba a mi alrededor, pero recuerdo que en ese momento imaginé los paseos que iba a dar con mi familia en ese carro, y eso fue algo que  me tranquilizó mucho.

En ese carro fuimos a los llanos y en otra ocasión  mis padres me recogieron completamente borracho y tuvimos que hacer una parada técnica para que no estropeara el asiento trasero, ¡que verguenza tan gigante!

Menos mal que los objetos por más grandes que sean, no dejan de ser solo eso. Si tuvieran el mismo valor sentimental que, por ejemplo, una mascota, que pereza sería desprenderse de toda la basura que atesoramos a lo largo de la vida.

 Igual, aunque no tiene sentido alguno, no dejo de preguntarme  ¿Quién lo comprará?  ¿lo volverán chatarra?  ¿alegrará o será la desgracia de una nueva familia a la que indiscutiblemente le venderán gato por liebre?  ¿Qué pasaría si los objetos tuvieran emociones?

Una vez me leí una recopilación de cuentos sobre la muerte, y uno de los mismos narraba la historía de un cepillo de dientes que iba a parar en un punto inalcanzable  detrás del mueble del lavamanos.  El dueño no se las arregla para rescatarlo, sino que va y se compra uno electrico.  Entonces el cepillo viejo oye todo y se da cuenta como lo dejan en el olvido, mientras se llena de polvo y tiene como sus únicos acompañantes a un par de insectos.  Al final se supone que muere.

Sin ponerme con sentimentalismos zonzos, creo que mi familia nunca olvidará ese carro y el buen servicio que nos prestó.

lunes, 26 de mayo de 2014

Imaginación Atrofiada

Un día de la semana pasada fui a un restaurante por la noche.  A la mesa ubicada a mi derecha llegó una familia con "la parejita", término flojo y que detesto.  La niña era la más pequeña y debía tener unos cinco años, mientras que su hermano mayor unos ocho.

Luesgo de que ordenaran sus platos, el niño habló dirigiéndose exclusivamente a su hermana "Fulanita  ¿te imaginas jugar golf dentro del agua?" Y acto seguido le explico con lujo de detalles como funcionaria ese golf subacuático. 

Apenas el niño mencionó eso, en lo primero que pense fue "Es imposible. Desde el punto de vista físico golpear la bola sería toda una hazaña debido a la resistencia del agua, y bla bla bla bla."

 ¿Qué importa que en verdad sea imposible jugar esa variante del golf? El punto es que desde pequeños nos han enseñado a juzgar cualquier tipo de comentario que llegué a nuestros oidos, independiente de si es acertado, desatinado o parcialmente alguna de estas dos opciones.  

Somos unas máquinas ultra veloces para juzgar lo que sea. Eso estimado lector, todos esos prejuicios tontos que aparecen automáticamente en nuestra cabeza, es el aborto de la creatividad, es decir, el asesinato de esta antes de que nazca, y al mismo tiempo la atrofia de la imaginación.

· "We can sense when someone is not like us, 
and in the absence of positive labels, we tend to see
 differences as negative."
- Big questions in creativity 2013 -

domingo, 18 de mayo de 2014

El post sin tiempo que va a cambiar el mundo

Quería sentarme a escribir con tiempo, pero parece ser que solo tengo 13 minutos ( y contando) para hacerlo.  Quería escribir de largo o algo largo, dos cosas que pueden llegar a ser muy similares o  diferentes;  o en otras palabras una idea contradictoria parecida al "Acompañame a estar solo" de Arjona, personaje al cual no pretendo por ningún motivo emular. 

Me habría gustado dedicarle mucho tiempo a este escrito, el cual posiblemente no voy a poder editar, y que el mismo se convirtiera en algo viral que cambiara al mundo  y/o la forma de pensar de las personas sobre algo; creo que a la larga eso es a lo que aspira cualquier escritor sincero, a sembrar algo de "malestar" en la mente de las personas y de esa forma promover algún tipo de cambio.

Ahora quedan 9 minutos.  Lo bueno de escribir así de afán, es que uno no se censura nada y las palabras van saliendo casi por si solas.  acabo de dedicar un par de minutos a la  edición de lo previamente escrito y ahora solo me quedan 6 minutos.   ¿Qué puede uno decir en 6 minutos? Desarrollando un  ejercicio de Elevator Picth hace poco, cálcule que para el tiempo de 42 segundos que tenía disponible, podía artícular un discurso de 90 palabras.  Aplique usted ,por favor estimado lector, la regla de 3 para conocer el número de palabras por minuto.

Ojalá uno pudiera escribir igual de rápido que habla.  En mí caso, lo único bueno sería la cantidad de palabras escritas, porque muchas veces suelo ser uno de esos mal-hablados y cambio las palabras o invento otras.

Queda solo un minuto. Creo que si el mundo se fuera acabar, yo dedicaría el último minuto a la escritura.

 ...Los dejo o me deja a mi el avión...

jueves, 15 de mayo de 2014

Borrar la evidencia

Las aventuras del buen Solsado Svejk, novela que estoy leyendo ahorita, es una sátira que narra los acontecimientos de este soldado, y como va sorteando ese absurdo que llamamos guerra. Desde mi punto de vista, considero que algo  que pretendió Jaroslav Hašek, su autor, con este personaje,  era mostrarnos como debemos encarar la vida de forma agradable, independiente de cual sea la situación.

Svejk le es asignado como asistente al teniente Lukas, y en cierto  momento de la historia este le entrega una carta para que se la lleve a una de sus amantes.  Svejk en medio de su encargo es sorprendido por el esposo de ella, y para evitar problemas con su superior primero dice que la carta había sido escrita por él  y acto seguido se la come, para así borrar cualquier evidencia del encargo.

Esto me recordó un episodio en la universidad durante un parcial de Estadística.  Blanco, el profesor que tenía cierto aire de Godofredo cínico Caspa, se dio cuenta que un alumno estaba haciendo copía.  Haciéndose el loco camino por el espacio libre creado por dos columnas de pupitres y se paro justo lado del estudiante.  Este afortunadamente se había daco cuenta que el profesor lo había pillado, y no tuvo problema alguno en meterse el papel de la copia a la boca.

Cuando Blanco lo abordó, le exigió que se pusiera de pie para revisar el pupitre, maleta y cuadernos. El alumno se paro muy tranquilo mientras masticaba el papel.  Si no estoy mal creo que Blanco se dio cuenta de que se estaba comiendo la copia, y no pudo hacer nada contra semejante acto tan genuino para borrar la evidencia, convirtiéndola en una especie de bolo alimenticio. 

Ese día disfruté ese pequeño  triunfo del estudiante, no por el hecho de que estuviera haciendo copia, sino porque Blanco era un viejo amargado y  mala clase.