lunes, 28 de julio de 2014

Lo de Yepes: NO fue gol

Si para algo somos buenos es para darle bombo a un tema y relamernos en el mismo hasta que ya no le quede ningun tipo de sustancia.  Lo de Yepes no fue gol, es decir, el árbitro decidió que no fuera gol y el partido finalmente quedó 2-1 en nuestra contra. Que haya sido o no, en verdad es lo de menos, pero en este plano astral, el referí, quien manda en la cancha, no le dio la gana que fuera y por eso no sumo como gol.  De pronto en un mundo paralelo Colombia ganó el mundial y todavía seguimos echando espuma y  harina, mientras quebrantamos la ley seca.

 Nuevamente vuelve y juega el mismo tema,  ¿cómo saber que después de ese supuesto gol, Brasil no nos iba a meter 2 o 3 goles más o, por ejemplo, que James se hubiera lesionado, y por ende su traspaso al Real Madrid se hubiera visto comprometido?

Creo que viviríamos mucho mejor y más tranquilos si aceptaramos lo que nos da la vida sin poner tanta resistencia.  Perfeccionar nuestro arte del importa culismo debería ser una de nuestras prioridades; dejar que todo nos resbale y no echarle tanta tiza a lo que nos ocurre a diario, independiente si es para bien o para mal.

De pronto si lo de Yepes hubiera sido gol, es posible que a Mariana Pajón se le pinchara la llanta delantera en la última carrera, donde nuevamente se ganó la medalla de oro.

"So what's true then?" I cry out
"Nothing Victor" Palakon says
"There are different truths"

"Then what happen to us?"
"We change" He shrugs "we adapt".
- Glamorama -

Adaptarnos. Eso es lo único que podemos hacer en este mundo que aumenta cada día su velocidad de cambio.

viernes, 25 de julio de 2014

Precio

Lo primero que se me ocurre al pensar en la palabra precio es como este todavía se utiliza como ventaja competitiva al ofrecer un producto o servicio; estrategía que claramente ya no funciona tan bien como  antes.

De todas maneras el precio no deja de ser importante, porque está relacionado con el dinero, y nosotros, al venerar este casi como a un dios; a cualquier cosa, evento, persona, situación que esté relacionado con el mismo, le prestamos atención.

España, financieramente hablando, lleva jodido hace rato, bien lo dijo Millás:

"La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo 
 clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega 
con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia 
al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo 
el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado."
- Un cañon en el culo -

Pero el hecho de que millones de personas no puedan dormir porque están llenos de deudas hasta el cogote, parece importarle poco a la liga BBVA (¿pero qué carajos le va a importar , si está patrocinada por un un banco?).

Al parecer el real Madrid tiene una plantación de arboles de dinero, y pueden comprar al mundo entero si se les da la gana; de pronto ya le pertenecemos y no lo sabemos.  Hace un tiempo compraron a este tipejo Bale por 100 millones de euros  ¿Qué es eso? y aparte de todo como que le tocará vivir 7 vidas pues  me parece que no los ha valido.

Y Obviamente también hicieron sus tiros al aire con botella de trago en mano, y compraron a James Rodríguez (¡Bien James!, ya era hora que algún Rodríguez dejara  nuestro apellido, tan repetido, por lo alto), por ser el mejor jugador del mundial.

 ¿Pero pagar 80 millones por los servicios de una persona?  ¿en serio? La verdad me parece una exageración.  

El cuerpo humano tiene 21 organos.  En este orden de ideas cada organo de James Rodríguez cuesta 3'809.523,81 millones de Euros; esto suponiendo que todos tengan el mismo valor, pues es evidente que el precio del corazón, y el del cerebro, deben variar dependiendo del personaje.

Todo esto me recuerda la película "Repo Men" ambientada en un futuro cercano, y en la cual órganos artificiales se podían comprar a crédito. De pronto en un futuro esto si será así, y tal vez no solo vamos a realizar transacciones comerciales de organos, sino también de sentimientos.  Creo que algún día llegaremos a medir nuestra ira, compasión, amor, envidia, etc.  y como a todo, les pondremos un precio.

jueves, 24 de julio de 2014

¿Des-inhibidos?

 ¿Cuantos productos y servicios existen?  ¿Cuántos de los que adquirimos, en verdad necesitamos?  ¿Cómo saber qué es realmente lo que necesitamos? A medida que la tecnología evoluciona, parece que lo contrario le pasa a la raza humana, situación que no deja de ser contradictoria porque si algunas grandes mentes se han inventado cohetes, microprocesadores, la nanotecnología, la religión (aquí se iban equivocando), etc. se supondría que hemos evolucionado, pero no.  Todavía no sabemos vivir, y nos la pasamos bajo la sombra del "Des".

Es como si tuvieramos miedo a aceptar las cosas como un todo, o como vienen originalmente; por eso buscamos leche des-lactosada, cafe des-cafeinado, frutas des-hidratadas; por el momento no se me ocurren más productos a lo que les aplique ese prefijo.

Me acuerdo más bien de la costumbre de una prima hace muchos años, no sé si todavía la tenga; que consistía en lavar la ropa que le compraba o regalaban a sus hijos antes de que la estrenaran.  No digo que esté mal o bien, pues está claro que cada quién puede actuar como se le de la gana; mi prima, si quisiera y como requisito previo a la primera postura de una prenda de vestir de sus hijos, podría practicar un ritual con una hoguera encendida en una noche de luna llena, mientras recita poesía celta.

El punto es que parece que en varias ocasiones, queremos anular alguna propiedad de lo que sea que va llegando a nuestra vida, como si un miedo (diferente al de la muerte, pero tal vez relacionado) permanente, no nos dejará vivir en paz.

Ese miedo tal vez sea una especie de Dios al que glorificamos por medio de actitudes o productos que pretenden anular el "todo".

La otra palabra qué se me viene a la mente es des-inhibido; pero el significado de esta "Espontáneo, desenvuelto, sin reservas", no coincide con ese miedo con el que parecemos vivir constántemente.

miércoles, 23 de julio de 2014

30 segundos

Medio minuto no es nada,  ¿Qué se puede hacer en 30 segundos?  ¿cuantas palabras alcanza usted a artícular, hablando a una velocidad normal , en ese corto lapso de tiempo, y no como esas propagandas de medicamentos donde el locutor habla a mil por hora?.

Una vez hice parte de un ejercicio donde solo tenía 42 segundos para convencer a una persona con una propuesta determinada.  Leí en algún lugar cuantas palabras se pueden decir en un minuto, hablando sin ningún tipo de afán.  De acuerdo a los cálculos que realicé, en los 42 segundos que tenía disponibles, podía elaborar un discurso de 90 palabras; de ser estos cálculos, en la medida de lo posible, correctos, en 30 segundos podría uno alcanzar a decir alrededor de 64 palabras.

El parrafo, estimado lector, que acabó de leer tiene 76 palabras; las 64 se completan en la palabra "correctos". El punto es, que según una clase que tuve con una señora  experta en expresión oral y lectura corporal, Cuando queremos captar la atención de alguien solo disponemos de 30 segundos, y dependiendo de lo articulado y claro que sea nuestro discurso, el interlocutor nos va a prestar total atención, o se distraera viendo pasar una mosca, o con algún pensamiento tonto (en mí caso suelen ser varios).

64 palabras no es nada, es decir, son muy pocas, ya que  somos unos verdaderos expertos para no ser concretos y darle vueltas a lo que decimos; en definitiva muchas veces hablamos como Cantinflas.  A la larga creo que esta también deben ser una razón por la cual existen tantos problemas entre las personas; muy pocas veces llegamos  decir lo que en verdad estamos pensando, y por eso no obtenemos lo que tanto queremos.

martes, 22 de julio de 2014

Caja Negra

Siempre que viajo en avión, cuando la azafata está dando las indicaciones de como ponerse la máscara de oxigeno por si llega a ocurrir algún incidente que haga que estás caigan  enfrente de la cara de los pasajeros, me pregunto  ¿Qué tal que este aparato tenga un tornillo zafado y  falle en pleno vuelo?

Al instante suelo cojer la revista que viene en el espaldar del asiento que se encuentra delante de mi puesto, la cual siempre trae artículos súper interesantes. Olvido entonces mis pensamientos fatídicos, al sumergirme en una lectura,  y pienso como sería si una columna mía es publicada en una de esas revistas, y también como  personas de diferentes nacionalidades, les queda rondando la idea que quise transmitir en mis lineas, por un par de horas, o incluso toda la vida; pues existen  textos que se meten no solo en la mente sino en todo el cuerpo, y lo cambian a uno para siempre.  Espero que mis letras, algún día, lleguen a ser así de "mortíferas".

Lo que si nunca se me pasó por la cabeza en esos momentos fue preguntarme " ¿Qué tal que en pleno vuelo unos terroristan deciden disparar un misil contra el avión?". Qué mundo tan jodido este, ahora parecemos  estar inmersos en una película de acción,  donde podemos morir de forma insólita, sumándole la desventaja de que casí siempre actuamos como extras.

¿Cuanto conocimiento e información que poseían las personas que iban en ese vuelo de Malaysia Airlines, habrán quedado completamente borrados de la faz de la tierra?.  Libros que se iban a escribir, declaraciones de amor, revelación de secretos, etc. a fin de cuentas información que quedará completamente en el olvido, por decirlo de alguna manera.

Sería bueno entonces que nuestro cuerpo contará con una especie de organo indestructible (Caja negra) que almacenará todo tipo de información.  Una vez muertos no importaría si las personas se enteran de nuestros pensamientos y/o deseos más retorcidos (todos los tenemos). Qué digan lo que les de la gana; estoy seguro que algo de lo que almacenaramos en ese organo le serviría a alguien, pues todos y cada uno de nosotros tiene su tumbao' y/o información provechosa para los demás.

lunes, 21 de julio de 2014

Sobrecupo

A un amigo de mi hermano, llamémoslo Pedro, siempre le pasan cosas chistosas, o de mala suerte; afortunadamente nunca son asuntos graves, sino que simplemente dan pie para que lo molesten.  Lo bueno, creo yo, es la actitud que él toma frente a las diferentes embarradas que le juega la vida, y como disfruta  sus "desgracias" con humor.  Esto evidencia que un arte que debemos dominar, es aprender a burlarnos de nosotros mismos.

Este fin de semana que paso fui a su despedida y en algún momento de la conversación, salió el tema de sus historias y peculiar suerte, y volvio a narrar una que me parece la mejor de todas.

SOBRECUPO

En uno de los primeros viajes que Pedro tuvo que hacer a campo apenas ingreso a una empresa, llegó al lugar del aeropuerto según lo que le  habían indicado un E-mail y no vio a nadie.  Después de esperar unos minutos se dio cuenta que había una busseta parqueada a lo lejos la cual estaba arrancando.  Pedro agarró su maleta y arranco a correr, mientras esta hacia ese peculiar ruido, mientras  las rueditas chocan contra los adoquines.   Como era de esperarse, no alcanzó el bus.  

Finalmente vió a un señor y después de contarle su historia sobre su empresa y el vuelo que debía tomar, le pregunto que de donde salia el mismo.  El funcionario del aeropuerto lo miró con cara de asombro, posiblemente pensando "Que tipo más perdido" y le indicó donde quedaba el lugar correcto para abordar.  Nuevamente él agarro su maleta y a correr se dijo; cuando llegó al lugar que si era, el avión ya se habia ido.

Allá encontro a otro señor a quién después de relatar nuevamente su historia, le rogo que por favor le indicara que debía  hacer para poder llegar a su destino.  Luego de estar más de una hora suplicándole, el señor le dijo que había un grupo de otra empresa que tenía un vuelo charter al mismo destino al cual él necesitaba llegar.

Pedro se dirigió hacia este grupo y cuando los abordó nuevamente tuvo que relatar la misma historia que le habia contado a los dos funcionarios del aeropuerto.  Aunque parezca increíble le dijeron que no había problema, y a pesar de que era de otra empresa, lo iban a dejar viajar con ellos, en resumidas cuentas iba a gorrear un viaje en avión.

Su nuevo grupo de "amigos" estaba ubicado en una sala y momentos previos al abordaje, una de las azafatas salió con una  lista en mano y comenzó a contar al número de pasajeros.  Después de una primera revisión la mujer dudo y comenzó nuevamente su tarea.  Pedro se dió cuenta que la mujer ya sabía que había un pasajero de más y comenzo a sudar mientras seguia sentado tratando de no mirarla a los ojos. Un hombre que estaba a su lado le susurro "Tranquilo, no vaya a decir nada".  

La mujer volvió a repetir su tarea de conteo, hasta que se cansó y le dijo en voz alta a todo el grupo "Miren, la lista que tengo no coincide con el número de personas que hay en la sala, así que me dicen quien es la persona que no está en la lista o no viajamos".

Pedro pensó que este era el fin de su aventura, y ya se imaginaba llegando con el rabo entre las piernas a la oficina, diciéndole a su jefe "Me dejó el avión".  Pero antes que admitir que era el colado, confió en las palabras que le había dicho el hombre, y no dijo nada.

Todos sabían que el era el intruso, pero ninguno quería delatarlo; así que el seguía sudando, esperando a ver si un milagro lo salvaba de tal situación.

Lo que paso a continuación demuestra lo jodido que es confiar en las personas.  El "buen hombre" que le había sugerido que pasara de agache, en un ataque neurótico, se levanto y señalandolo con el dedo le grito a la azafata ¡ES ÉL! ¡ES ÉL!.

Así fue que Pedro tuvo que relatar nuevamente toda su historia a la azafata, quien, después de escucharlo, le dijo: "Ok, siga".

domingo, 20 de julio de 2014

Idioma

Este Sábado que pasó, me senté cerca a un grupo de personas que hablaban en inglés, compuesto por 2 hombres, al parece colombianos, y una mujer asiática.  Mientras me tomaba un café, pude captar algo de la conversación que estaban teniendo, relacionada con proyectos de educación. Lo bueno era que no tenian esos dotes de autosuficiencia y grandeza, sino más bien compartian sus anécdotas y opininones de una manera relajada, ateponiendo su amistad a los negocios.

Después de sumergirme en mí lectura, la conversación del grupo captó nuevamente mi atención, pues llegó una mujer a la que todos saludaban.  Esta era de piel blanca, ojos negros  pequeños, pómulos notables y un color de pelo entre pelirojo y mono. Iba vestida con un traje color beis (palabra rara  esta, pues no me parece que haga referencia a un color) oscuro, botas cafés que le llegaban a la rodilla, un saco claro  de igual color que el resto de su vestido, y una camisa de figuras y colores que combinaba muy bien; en resumidas cuentas la mujer llamaba la atención.  Usted sabe, de esas mujeres que inquietan más por su tumbao' que por  su belleza física.

Pues bien ella se sento y siguió la conversación con una gran sonrisa. Uno de los hombres repitió varias veces que hacia 15 años había hecho esto y lo otro; al parecer cada uno tiene una época en su vida que recuerda con mucho cariño.  La extranjera, en algún momento, dijo que a pesar que su región natal, lleva ya bastante tiempo en Auge, a ella no le importaba vivir en Colombia, y argumentó su punto de vista diciendo que ella quería que nosotros,  los colombianos, tuvieramos más confianza.  Otra frase que utilizó que también me gusto mucho, fue "Su casa es mí casa", no sé a que quizo hacer alusión con la misma, pero el acento y positivismo con el que la dijo, fue agradable.

Yo quería oir la voz de la mujer que había llegado tarde a la reunión; tal vez queriendo encontrar un defecto en todo  su conjunto armonioso (uno es así, siempre busca lo malo en cualquier situación o contexto), pero esta nada que participaba. 

En este momento pensé en el idioma.  En muchas ocasiones, al tratar con diferentes tipos de personas, es complicado que nos entiendan cual es nuestro mensaje o posición.  A pesar de esto, considero que uno debe seguir fiel a su idioma, a lo que piensa, a lo que lo mueve, y no traicionarse por querer hablar un idioma que no nos gusta o con el que poco estamos de acuerdo. Esto no deja de ser contradictorio, pues resulta igual de necesario entender y que nos entiendan.

Finalmente la mujer asiática habló sobre arepas, y la otra intervino con unas pocas líneas, lo que evidenció que tal vez su libreto, en ese momento, era más de extra que protagónico, y también que muchas veces la persona que creemos menos entiende, nos lleva una ventaja impresionante, porque domina el idioma mejor.

La voz de la mujer fue normal, pero se hizo entender.