jueves, 11 de diciembre de 2014

Caminata Navideña

Hoy fui a recoger mi primer autoregalo de esta navidad, un lente de contacto (¡Que emoción!). El consultorio al que tuve que ir queda cerca a la calle 53, así que al salir, a pesar de que el cielo mostraba toda una paleta de grises decidí caminar hasta la séptima.

Iba, como siempre, conectado a mi mp3 y cantando en voz baja, la cual subía cuando el ruido del tráfico me lo permitía.  Luces, múñecos, pesebres, papel regalo, etc. se puede encontrar uno en ese sector que sólo respira navidad.

En un momento, mientras esquivaba a otro transeúnte, sin culpa roce a una vendedora de papel regalo, me volteé y le dije, "lo siento, que pena", me respondió " ¿Qué está buscando mi amor?.  No le dije nada y seguí de largo.  En ese momento lo único que buscaba era escapar del aguacero.

Vi una vendedora de un carrito de Bon-Ice y me entraron ganas de comprarme unas Popetas de caramelo, le pregunte que como iban las ventas de Diciembre y me respondió "Mal, lo que pasa es que por aquí solo hay mucho mirón".  Le di las gracias y me guarde el paquete en un bolsillo de la chaqueta.

Me cambie a la otra acera, donde el ambiente de navidad es menos fuerte.  Me encontré con muchas tiendas de ropa y varios maniquis con poses forzadas, como si las hubieran ensayado durante horas.   "¿Que pasaría si esos armazones con forma de cuerpo humano cobraran vida por la noche, como esa película de hace mucho tiempo? nada raro la verdad, simplemente dejarían sus poses de modelos e intercambiarian opiniones de todo lo que vieron y oyeron durante el día.  Que aburrición  ser un maniquí, aunque a veces adoptamos conductas igual de acartonadas y tiesas y no hacemos nada para cambiarlas.

Paso una señora con una hija que llevaba una sudadera gris y cargaba una guitarra sobre su espalda.  Por algún motivo pensé que la niña le dedica demasiadas horas al día a su instrumento y que en el futuro será muy famosa.

Por fin llegué a la séptima y me encontré con uno de esos señores que toman el tiempo entre los buses.  Lo aborde para hacerle un par de preguntas, pues estoy escribiendo un cuento con uno de ellos como personaje principal.  Me contó rápidamente en que consistía su trabajo.  Al momento de despedirme y cuando le ib a dar las gracias y la mano, el rastreador urbano del tiempo,  chocó mi puño y me dijo "De nada bacán".

Finalmente no llovió.  Fue la primera y una buena caminata navideña.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cartuchos

Con esa palabra se me viene a la mente  una flor y una pistola.  Como a estas alturas uno tiene tanta basura en la cabeza, y aunque no me llaman la atención las armas, siempre me inclino a pensar más sobre el segundo concepto.

 Deberían darle otro nombre a esa flor, al igual que otro nombre al bizcocho del inodoro.  Hablando de nombres, en una serie de televisión, V la batalla final si no estoy mal, los rebeldes le decian parque a los cartuchos de sus armas, en fin.

Hoy iba caminando por la calle, y una señora que paso a mí lado le dijo al señor con el que iba "¡Tenemos que esperar! Todavía no podemos quemar los cartuchos del gobernador", supuse entonces que ellos tienen como contacto a un gobernador, el cual los favorecerá con cualquier acción a manera de favor, la cual seguramente los beneficiará,  ¿Qué les significará quemar los cartuchos de ese político?  ¿Dinero, fama, viajes, estatus, drogas, votos? Nunca lo sabremos pues pasaron de largo y fue la única frase que escuché.

Que asco que andemos por la vida como si esta fuera un juego de guerra, y que para interactuar con cualquier persona, debamos aplicar cualquier tipo de estrategía, sin importar si somos hipócritas o vamos  a pasar por encima de alguien.  Parece que cada uno de nosotros llevará un campo de batalla grabado en la cabeza, y nos peocupamos más por la "quema de cartuchos" que por intentar vivir de forma feliz y relajada.

"I am tempted to say this is no game we play, daughter, but of course it is. 
 The game of thrones. I never asked to play. The game was to dangerous. 
One slip and I am dead."
- A Feast fro Crows -

martes, 9 de diciembre de 2014

Sonreír e Ignorar

Muchas veces he leído que la mejor actitud que uno puede tener es sonreir, independiente de lo abatidos que estemos.  A la larga no se trata de ser hipócrita, creo que es una conducta que nos afecta de forma positiva e inconsciente, al mismo tiempo que obliga al resto a preguntarse  ¿Cuál es su berraca alegría? 

Sin embargo, esa actitud de "cara de ponque" con una sonrisa a todo momento, puede ser reforzada con el arte de ignorar, como la cereza en la punta del pastel, esa que da el toque final.  No hay nada más liberador que dejar que todo resbale, por incongruente que nos parezca la conducta de los demas, o lo absurdo que pueda ser el estado de los eventos en el que nos encontramos inmersos.  

Quería escribir sobre un incidente que me puso de mal genio, uno de esos en que  las personas adquieren deudas de aposta y no inocentemente, es decir, cuando sus actitudes tienen como único fin utilizar las palabras como proyectiles

Finalmente decidí atacar (ignorar) el asunto con este breve escrito a modo de complemento.  Sonreír e ignorar, dos de las claves de la vida.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Puente

Los puentes (fines de semana con festivo) son como una ilusión, más tardamos en alegrarnos por su llegada a que este se esfume, debiéndonos más horas de ese descanso tan anhelado que visualizamos desde el inicio de la semana.

Este fin de semana me fui de puente.  Hacía mucho que no lo hacía.  He llegado a la conclusión que me aburre viajar en un puente, no porque no me guste hacerlo o salir de Bogotá, simplemente me parece que la logística para un viaje de un puente es exagerada, comparada con el tiempo que dura.  Mucho más cuando  se viaja, como me ocurrió este fin de semana, el Sábado.

Hay personas que adoran los puentes porque se pueden ir de la ciudad y arrancar para cualquier lado.  No importa cual sea el destino, lo importante es  alejarse de la ciudad como si esta fuera el foco de una epidemia zombi.    Al parecer siempre huimos de algo.   

¿Qué es eso tan maravilloso que  ofrecen los puentes que se considere casi una obligación salir de la ciudad? yo todavía no lo descifro.  Lo único realmente diferente, creo yo, sería buscar un clima más cálido con mar incluido, pero eso tampoco me mueve, pues no le encuentro esa gracia con la que otros lo catalogan.

De resto me parece que todo el trajín de un viaje de puente, elimina todo ese descanso que se pudo obtener en el lugar que se seleccionó para pasarlo.

Si hay algo que me gusta de los puentes, es cuando uno no tiene ni idea que es un fin de semana con uno, y alguien nos sorprende con semejante noticia, eso es algo que me genera más alegría que un viaje de fin de semana.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Ofender

Ofender es grave, es de mal gusto y suele ser una actitud de cobardes que se quedan sin argumentos válidos para defender sus ideas. Queda claro que ofender está mal, pero es peor toda la importancia que le damos al acto . Sería mejor dejar que todo nos resbalara.   Solo "agarrar" lo realmente bueno y provechoso con cuidado, es decir, sin que se nos infle mucho el ego. 

El punto, creo yo, es que hay dos tipos de ofensas: la visceral, esa que está llena de odio y que tiene como único fin hacer sentir mal a alguien, y la ofensa sin culpa de la que ninguno se libra de dar o recibir, es decir, cuando soltamos o nos impacta una idea, exponemos o defendemos un punto de vista y nos ofendemos o alguien se ofende porque le tocaron una fibra sensible y/o catloga a la ofensa como perteneciente al primer grupo.

Deberíamos dejar que todo el mundo diga lo que le de la soberana gana, y si no estamos de acuerdo, simplemente no ponerles atención y ya, pero no, somos buenísimos para engancharnos apenas nos sentimos amenazados, y es justo ahí cuando todo se comienza a complicar.

La solución está en relajarse más, no echarle tanta tiza a los asuntos y rodearse de personas que valgan la pena.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Sueñometro App.

El fin de semana pasado me desperté el Domingo a eso de las 10:00 a.m.  Después de perezear un rato, agarré el celular y abrí Facebook.  Lo primero que me indicó esa cosa era que Fulanito, segun la Running App de Nike  habia corrido yo no se cuántos kilometros.

Una especie de contradicción,  ¿No cree estimado lector? Mientras  yo dormía plácidamente un amigo había tenido las agallas de levantarse temprano un domingo y había llevado esa azaña más allá al salir a trotar.  No contento con su par de sacrificios y/o ofrendas al Dios del ejercicio, decidió también restregarselo en la cara a cuanta persona se encontrara con su perfil a esa hora.

Durante un par de segundos me sentí mal, como el ser humano más sedentario y fofo del planeta.  Afortunadamente esos estados de culpa me duran poco.  Apagué el cel, di media vuelta y el igual que mi amigo en su carrera frenética por las calles de la ciudad, me esforcé en perezear más.

Deberían, si es que son tan inteligentes, inventarse una aplicación relacionada con el sueño. Que uno pudiera publicar vainas como "Durmió placidamente mas de 9 horas seguidas sin ningún tipo de sobresalto" o cualquier cosa parecida.  Ya la sacarían del estadio, si algún día se llegan a inventar una aplicación relacionada con los sueños, claro que esa daría miedo con la cantidad de basura que uno quema a través de esa válvula de escape.



"Get a good night’s sleep why: If you sleep well, you think well. 
 Sleep loss means mind loss…and cripples thinking in just about
 every way you can measure thinking.  It’s important to figure out 
whatever amount of sleep is right for oneself and stick to that."
- Big Questions in creativity 2013 -


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Selfiexistencial

A mi no me gusta tomarme selfies, si alguna vez lo he hecho es porque estoy con otra persona que insiste en tomarse una autofoto conmigo, de resto me parece rídiculo el asunto, sobretodo por lo engorroso que resulta, en fin,  a la larga eso no importa porque cada quien hace lo que le da la berraca gana en este mundo, desde tomarse una selfie hasta saltar al vacio desde un piso 20.

A pesar de que no practico el arte de la selfie,  ese tipo de fotos no dejan de generarme cierto tipo de angustia, es decir, cuando veo a otras personas tomárselas me parece que son las fotos más incomodas y  forzadas del planeta.  Se podría decir que se parecen a la navidad, en el sentido que  todo el mundo debe actuar sobresaltado de felicidad y quedar retratado como si experimentara el nirvana.  Esto en cuanto a las selfies grupales, las individuales tienden más bien a la cara de pato y una actitud de "Miren lo bueno(a) que creo estar".

Una vez estuve en un evento, y cerca a la barra un grupo de  5 personas, luchaban por tomarse una selfie.  Digo luchaban, porque ya habían intentado tomar varias veces la foto pero  nunca quedaban satisfechos con el resultado.  Justo en ese momento, yo pasaba al lado de ellos,  y  Como buen samaritano sapo que a veces suelo ser, les pregunté  ¿Quieren que les tome la foto? y una de las mujeres del grupo me respondió "¡No!, es una selfie", en un tono que  evidenciaba  que la frase habría podido ser " Duhh ¡No Tarado!, es una selfie".

Otra vez también me pasó en una playa, habían dos niñas de unos 15 años, que estaban experimentando una situación similar y tampoco aceptarón mi oferta para tomarles la foto, a pesar de que llevaban ya un rato intentando captar su mejor imagen.  Depronto pensaron que era un pervertido o algo asi, vaya usted a saber que piensan acerca de uno las personas que nos ven por  primera vez en la vida. 

 El punto es   ¿Qué berraca diferencia hay entre una foto tomada de forma normal y una selfie?
Debe ser, imagino yo, que todo el ritual de una selfie tiene un efecto catártico, el cual nunca podré experimentar.