jueves, 19 de febrero de 2015

La venta



Trabajar en el área comercial debe ser complicado; por alguna razón es que les deben pagar tanto.  Lo malo de vender, creo yo, es cuando el afán de la venta  derrumba completamente cualquier lazo de amistad,  pues para que la relación con un cliente realmente funcione, siempre debe estar presente dicho aspecto.

Me imagino  que el fracaso de muchos negocios, en parte, se debe a eso, a las  ansías que tienen por facturar, el cierre de la venta, en últimas a ese impulso cegador de forrarse en billete a toda costa.

Esto es mucho peor cuando se presenta no a un nivel corporativo, sino en el de la amistad, cuando alguien se preocupa por uno o muestra afán de saber en qué situación se encuentra, solo con el fin de venderle un producto.  La culpa de esto la tienen todos esos sistemas tipo pirámide (para mí lo seguirán siendo así sus defensores digan que no lo son) y sus productos maravillosos que sirven para aliviar desde una simple rasquiña hasta prevenir el cáncer.

Si alguien quiere verme, que sea para tomarnos un café, cerveza, chirrinchi, etc. y hablar basura, no para venderme uno de esos productos milagrosos tipo indio amazónico.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Clarividente

Esta palabra me trae a le mente su similar en Inglés, Clairvoyant, qué al partirla por la mitad, se convierte en la palabra en Francés.  ¿Quién no ha deseado adivinar el futuro? todos, pues si existe algo que nos machaca la cabeza es saber cuál va a ser el resultado de lo que hicimos o dejamos de hacer.

Me da algo de miedo que de un día para otro uno adquiera algún tipo de poder para predecir el futuro.  Por ejemplo, una vez escuche una historia de un hombre que tan solo con darle la mano a cualquier persona, inmediatamente tenía conocimiento de cosas que le iban a ocurrir en el futuro.  Si no estoy mal siempre vislumbraba eventos trágicos. La verdad prefiero continuar siendo un simple mortal, que tener algún tipo de poder paranormal.

Las únicas veces que juego a la clarividencia, es cuando voy a salir de mí casa por la mañana, miro el cielo rápidamente y doy un dictamen sobre el clima que va a hacer a lo largo del día.  En medio del despropósito que podría resultar esta actividad, considerando que Bogotá tiene uno de los climas más bipolares del planeta, a veces soy acertado en mis predicciones. 

De todas maneras cuando voy a salir le pregunto a Luis, el portero de mi edificio, que me diga su predicción sobre el clima.  Él también adopta la misma técnica que yo, le da un vistazo al cielo y suelta su veredicto, el cual  muy pocas veces va en contravía del mío. 

Lo mejor, creo yo, es dejar que los eventos de nuestro día a día, al igual que el clima, arremetan contra nosotros como les dé la gana.

martes, 17 de febrero de 2015

Humanoides y Ping Pong


 En Japón van a abrir un hotel que será completamente atendido por humanoides.  ¿Qué pasaría entonces si uno quiere quejarse por algo? Protestar por el servicio al cliente, en ocasiones, resulta liberador, pero dudo mucho que un robot repare en las quejas de un humano o, mejor aún, se enganche en un alegato.  En pocas palabras se esfumaría el conflicto que siempre está inmerso en el servicio al cliente.  Todo sería perfecto a menos que a los robots se les acaben las baterías o les entre algún virus ¡Que aburrición tan gigante!

Hace algún tiempo una empresa china enfrento a un ex campeón mundial de ping pong contra un robot.  Este no venció al humano, sólo porque no estaba programado para actuar contra contingencias; cosas cómo que la bola pegara en la malla o en un borde de la mesa.

Muchos celebran esos grandes “avances” tecnológicos como grandes innovaciones mientras olvidan que una de las premisas para innovar es hacer más con menos.

Para mí esos robots tan inteligentes,  sólo son una prueba que cada día perdemos grandes porciones de humanidad, y que no estamos lejos de ese futuro apocalíptico en el cual vamos a tener que luchar contra las máquinas más por nuestra supervivencia que por  nuestra supremacía.

lunes, 16 de febrero de 2015

Crimen


Hace dos días me acosté a eso de la 1 de la mañana.  Defino acostarme cómo adoptar una posición totalmente horizontal en la cama, taparme con las cobijas  y cerrar los ojos, procurando evitar una lluvia de pensamientos, con el fin de dormir.



Ese día, como la gran mayoría, cumplí con mi ritual de prender el televisor y comenzar a cambiar de canal frenéticamente, eso que unos elegantemente llaman zapping y otros "Canalear".



En medio de esa actividad me llamo la atención una película mexicana.  En la escena que vi salían un hombre y una mujer que, al parecer, habían conspirado para matar a una persona.  El fragmento del dialogo que escuché fue el siguiente:


Mujer: " ¿Crimen?  ¿Cuál Crimen? Yo no maté a nadie.

Hombre: Crimen también es esconder al muerto.


Acto seguido apagué el televisor; el diálogo me había llamado la atención, pero no como para continuar viendo la película.


 El punto es que nos la pasamos cometiendo crímenes.  Obviamente no me refiero a asesinar a alguien, pero frecuentemente vamos por la vida traicionando ideas  o puntos de vista, para poder encajar en un determinado grupo social, y escondemos esos pensamientos que asesinamos, con el fin de que nadie descubra el muerto.  Otra de nuestras tantas formas de perder identidad.

sábado, 14 de febrero de 2015

Bullying Ortográfico


El título de este post iba a ser "Fechas especiales", en el cual iba a escribir acerca del San Valentín. Comencé a redactarlo y no me gustaron las primeras líneas. Las borre y después me entretuve mirando otra página de internet, para luego pensar en diferentes temas inconexos, que vaya usted a saber por qué razón llegaron a mí cabeza.


Me dio un ataque de sueño que todavía tengo. Pensé entonces apagar el computador e irme a tumbar a la cama, pero me dio cargo de conciencia ver la pantalla del blog en blanco, así que nuevamente comencé a escribir sobre el tema inicial.


De repente, el corrector de ortografía de Blogger comenzó a subrayar todas las palabras que escribía, usted sabe, esa condenada línea roja que lo hace sentir a uno como si fuera una máquina de producir errores.

Muchas personas piensan que escribir solo consiste en tener buena ortografía. Son una especie de militantes del idioma, que no perdonan  que uno no le ponga una tilde a una palabra. No digo que tener buena ortografía sea algo que sobre, pero tampoco creo que dominar a la perfección todas las reglas ortográficas de un idioma sea algo imprescindible para escribir.

Hace un tiempo leí un artículo sobre Gabriel García Márquez, en el que mencionaba algo relacionado con este tema. Por poner un ejemplo cualquiera, digamos que nos topamos con la siguiente frase: “El medico atendió al paciente”. Inmediatamente, para muchos, saltará a la vista la palabra "medico" al no llevar tilde, pero pues a menos que uno sea muy bruto o tenga una capacidad de comprensión de lectura casi nula; es claro que al leerla, se debe marcar el acento en la primera sílaba y que no puede ir ni en la última y tampoco en la penúltima.

Personalmente, con frecuencia se me escapan las tildes de las agudas. También, en otras ocasiones, a pesar de saber que está mal, escribo inconscientemente la palabra coger con j. 
Deberíamos dejar de hacer tanto bullying gramatical, y más bien preocuparnos por Poner en la escritura los signos ortográficos necesarios para distinguir el valor prosódico de las palabras y el sentido de las oraciones y de cada uno de sus miembros (Esos de la RAE son demasiado eruditos), es decir, puntuar correctamente , que si es algo realmente importante para la escritura.

jueves, 12 de febrero de 2015

Eso está muy feito...

Hoy, esas 4 palabras fueron el veredicto de una persona sobre  algo que hice.   Es alguien que me cae bien, porque tiene la habilidad de decir lo que piensa de frente, sin enmascarar  ninguna de sus percepciones frente a cualquier tema que se le cruce o del cual le hablen.  

Lo interesante es que sus criticas, en medio de los fuertes, le apuestan a lo constructivo y no a lo opuesto, es decir, a esa gran falencia y/o postura que muchas veces adoptamos, que consiste en criticar pero sin dar ninguna recomendación de como podría mejorarse eso que no encontramos agradable. Queda claro entonces que lo complicado en este mundo no es criticar sino crear.

El punto es que en cualquier momento debemos estar abiertos a las criticas, ya que cualquier cosa que hagamos nunca será perfecta.  En otras palabras, vivimos inmersos en una versión Beta la cual, creo yo, nunca llega a salir a vivo. 


"You will learn to lose everything.
We are temporary arrangements."