miércoles, 18 de marzo de 2015

Comer Callados

¿Por qué vamos por ahí pregonando a los cuatro vientos nuestros logros o desaciertos? Imagino que parte de esa conducta se debe a las redes egosociales y su carácter informativo: los status y ubicación geográfica, que potencializan esa actitud en nuestra conducta diariaEl gps fue creado por los militares para la guerra, ahora nosotros lo utilizamos en una constante guerra de fantochería.

 ¿Por qué nos cuenta tanto comer callados?   ¿Por qué tenemos que andar pregonando lo que nos pase?  ¿Qué sentido tiene buscar la constante aprobación y opinión  de los demás sobre lo que sea que hagamos?  

Vivimos siempre esperando el regaño o la palmadita en la espalda  ¿Cómo sería el mundo si las personas no contaran nada?   ¿Si no creáramos ningún tipo de expectativa con nuestras palabras?  De pronto no habría tantos problemas y nunca experimentaríamos ansiedad alguna. 

El punto es que la vida, el destino, el cosmos, Dios, fuerza o ente espiritual místico, o lo que sea, puede torcer en cualquier momento nuestro caminao' y cambiar el rumbo de nuestra historia. Es ahí cuando si aplica el cliché "A mí lo único que me toca hacer es morirme", en el sentido que la probabilidad de  muerte es la única que no tiene complemento.

Debemos aprender y empezar a comer callados en cualquier contexto de nuestras vidas.

"Well life has a funny way of sneaking up on you
When you think everything's okay and everything's going right"
- Ironic -

martes, 17 de marzo de 2015

Palabra


Hoy me siento a escribir con un par de ideas  en la cabeza que no me convencen del todo.  A veces los temas llegan a mí, porque algún suceso del día me evoca un recuerdo, o me genera alguna emoción;  otras veces, una conversación que escucho, o una imagen del día acciona esa palanca que pone en movimiento toda la maquinaria de la escritura.

Hoy me paso eso con otro tema sobre el cual ya tengo un borrador mental y que espero escribir en otro momento.  Después de "descartar", de momento (nunca se sabe cuando la idea va a pedir casi  a gritos ser escrita), esa primera idea, no sabía qué era lo que iba a escribir.  De repente irrumpió esta otra, que para usted, como lector, todavía no debe ser clara.

Creo firmemente que cada palabra, por más insignificante que nos parezca, encierra miles de historias, de las cuales se podrían escribir novelas y sagas enteras.  Estas solo esperan que algún escritor las descubra, y todas luchan, aunque no nos demos cuenta, diariamente contra el horrible síndrome: “Pantalla en blanco”.

Entonces el punto es no parar de escribir nunca, y aferrarse al asiento incluso cuando  la mente se encuentra completamente en blanco. Urgar y urgar el cerebro, hasta encontrar algo, y comenzar a teclear lenta o frenéticamente, pero siempre con ansías de saber cual va a ser el resultado final, pues nunca sabremos que tan larga va a ser la historia después de la primera palabra.

lunes, 16 de marzo de 2015

Búsqueda



No hay nada más fastidioso que hacer vueltas de banco.  En medio del tedio, y de la espera, en la mayoría de ocasiones lo único que queda por hacer es distraerse con el celular, actividad que suele ser interrumpida por el celador, con un fuerte y claro "Acá no puede utilizar el celular, por favor guárdelo" quién luego se se queda mirándolo  a uno, como a ese niño chiquito que se mete una cucharada de comida a la boca y no mastica ni se la traga, hasta que finalmente no queda otra opción que guardar el celular.  Es por eso que escuchar conversaciones ajenas es uno de mis deportes favoritos en un banco, a ver si me encuentro con algún tema interesante.   
      

La semana pasada  fui a uno, y mientras esperaba sentado en una silla, un señor y el hijo se sentaron detrás mío.  De un momento a otro el señor comenzó a renegar y dijo con algo de mal genio “increíble que lo que voy a buscar es lo que se pierde”.


Volteé a mirar al señor y le tuve algo de compasión, pues sostenía varios papeles en ambas manos y, aun sin soltarlos, buscaba algo desesperadamente en sus bolsillos.  Mientras tanto, su hijo, un adolescente,  lo miraba  fijamente sin prestarle ningún tipo de ayuda.


Me quedé pensando en esa frase ese día.   ¿Será que así ocurre con todos nuestros asuntos? Es decir  ¿De  las muchas veces que buscamos algo, sea lo que sea, simplemente no lo encontramos porque está destinado a perderse?


De ser así entonces vivimos es punta de errores, en el sentido en que lo que tenemos en cualquier ámbito de nuestras vidas, nunca fue eso que buscamos, sino algo que por casualidad nos tocó y que pertenecía a la búsqueda de otra persona. 

Aunque quién sabe, de pronto lo único que estaba buscando el señor era un dulce para distraer el estomago o su celular.


viernes, 13 de marzo de 2015

Destiempo

No sé exactamente cual sea la definición musical precisa de un destiempo musical.  Creería,  como su nombre lo indica, que hace alusión a  es llevar un tempo distinto al que predomina en una canción.  Por ejemplo en la canción Orishas llegó, es evidente que  el golpe del cencerro irrumpe en destiempo.

El destiempo en percusión es extraño, pues en medio de todo hace parte del tiempo, o más bien es su complemento.  Yo siempre he creído que para entenderlo y dominarlo se debe tener una visión general del ritmo, para así no perderse, esto último algo realmente fácil.  Como no sé casi nada sobre música no voy a hacer más referencia al destiempo de esa manera. 

 Creo que al igual que cada uno tiene una negra diferente, también muchas veces vamos en destiempo por la vida, y cuando eso pasa nos sentimos extraños, pues se supone que deberíamos ir  dentro del tiempo en el que van todos, y no deambular por la melodía.  

Esto a la larga es falso, pues como ya lo dije, el destiempo hace parte del tiempo, y todos tenemos derecho a practicarlo cada vez que lo consideremos necesario, o disfrutarlo cuando nos cae como si nada.  Lo ideal sería lograr, como los grandes percusionistas, una independencia completa, es decir, ser capaces de llevar un tiempo diferente en cada una de las extremidades, pero eso es bien complicado, así que por el momento es mejor ceñirnos y disfrutar de cada destiempo que aparezca en nuestras vidas.

miércoles, 11 de marzo de 2015

El de al Lado


 ¿Cuántas personas diferentes, sin contar a amigos, parientes o conocidos, tenemos justo al lado en un día? Me imagino que la cifra varía dependiendo de la actividad de cada persona y el sector donde pase la mayor parte del tiempo, pero supongo que como mínimo deben ser alrededor de 10.



Lo intrigante y que nunca sabremos es  ¿Qué papel va o podría llegar a jugar esa persona en nuestras vidas?  Un jefe que tuvo mi hermana conoció a su esposa en una sala de cine, en la cual coincidencialmente ambos fueron solos y quedaron sentados uno al lado del otro.  No sé por qué le tenemos una aversión tremenda a ir a cine solos.  Yo lo he hecho cuando tengo muchas ganas de ver una película que no parece interesarle a ningún familiar o amigo.  Así fue, por ejemplo, cuando estrenaron Guerra Mundial Z.  No  encontré con quien verla y fui sólo.  No conocí al amor de mi vida, pero me divertí.



En la medida de lo posible, así el de al lado no vaya a jugar ningún papel importante en nuestras vidas, creo que lo mejor es sonreírle sinceramente.  No se trata de tener cara de ponqué todo el tiempo, con una única sonrisa creo que basta, dado el caso que uno se enrede, en una conversación, con el extraño.



Pero sonreír no cuesta nada y puede servir de a mucho; sobre todo si el de al lado resulta ser un psicópata, que ese día decidió apuñalar a todo aquel que tuviera al lado y no le sonriera, por ejemplo.

martes, 10 de marzo de 2015

Sismo Fantasma

Hoy iba en un bus cuando tembló y no sentí nada.  Parece cómo si toda la ciudad hubiera celebrado una gran fiesta a la cual no fui invitado.  Al contrario que mi madre, mi sismógrafo natural se encuentra completamente averiado. 

 Iba pensando en la reunión que iba a tener.  De repente comencé a oír un murmullo de voces y alguien dijo "¿Por qué hay tantas personas afuera?"  Otra le respondió "Fue un temblor, fijo fue un temblor", mientras todos mirábamos a la calle sin entender lo que había pasado.

 Un pasajero confirmó que efectivamente había sido un temblor, e inmediatamente un señor dijo "Yo si sentí como la buseta se movió de un lado a otro".  Creo que,  al igual que yo, tampoco sintió nada, y sólo dijo eso para poder participar en la conversación.

Después de un par de cuadras el bus paro a recojer a un pasajero, y un señora, algo despistada, que iba en el asiento al lado de la puerta, le preguntó, apenas este se subió,: "Señor,  ¿Por qué toda esa gente está en la calle?" "Un temblor señora". 

El señor que supuestamente sintió un zangoloteo (palabra divertida esta) del vehículo, nuevamente participó sin que se le hubiera dirigido palabra alguna, y dijo alevosamente después de reír: "¡Pues un temblor!".

Apenas me bajé del bus, vi a una señora con una cara de angustia tremenda, quien sabe si por el susto del temblor, o porque la echaron, su pareja le termino, la robaron, o quien sabe que otra cosa, en una ciudad donde se caen puentes, tiembla, le disparan a los perros y se insulta a la policía como si nada.