lunes, 6 de abril de 2015

Exigencias



El mundo, las personas, la sociedad, esperan mucho de cada uno de nosotros.  Desde pequeños comienzan a exigirnos diferentes tipos de resultados  con el fin de encajar en una conducta "normal".  Lo que todavía nos cuesta entender es que lo normal o ser normal, al igual que conceptos como la felicidad, el éxito o el fracaso; es algo completamente subjetivo.



Recuerdo, por ejemplo, cuando era niño, lo desmotivante que era obtener una mala nota en un examen.  Sin duda alguna era un evento que en ese momento, imagino, me  generaba ansiedad; ansiedad al pensar que era mal estudiante, vago, diferente a los demás; ansiedad al pensar que les iba a responder a mis padres cuando me preguntaran por la nota, temor de perder la materia, en fin, infinidad de sensaciones que parecen insignificantes, pero que no lo son. 



Después todo se repite de forma similar en la universidad, pero esa ansiedad se nubla con una supuesta sensación de libertad y de hacer lo que se nos dé la gana, pero básicamente es lo mismo: Ser juiciosos, sacar buenas notas, estudiar carreras “importantes” hasta graduarnos.



Luego vienen las exigencias del mundo laboral, y pobre aquel que no sea “exitoso” o que quiera hacer algo diferente a trabajar en una compañía, pues inmediatamente es  señalado como bicho raro:

Pero no se puede ser adulto, ni gozar de una verdadera identidad,

sin ocupar un sitio en la sociedad: sin tener un trabajo, en fin.”

– Juan José Millás –



Para completar el combo de exigencias, también se encuentra la de sentar cabeza, encontrar a esa supuesta alma gemela y procrear porque ese es el fin de la vida,  ¿no?



We got married: society´s solution to loneliness, lust and laundry.

- The Dice Man -



A la larga nuestra conducta se resume en repetir ciclos, agachar la cabeza y no cuestionar nada.  No sé como con tantas exigencias y presiones no es más mayor el número de locos que andan sueltos por el mundo.



“When they've tortured and scared you for twenty-odd years
Then they expect you to pick a career
When you can't really function you're so full of fear”

- Working class hero -

viernes, 3 de abril de 2015

La traición del Skype

Aparte de la conectividad que nos da Internet, también nos ofrece como  arma de doble filo, el anonimato.  Si nos gusta aparentar cosas que no somos en la vida real, no queda duda alguna que Internet potencializa esa conducta y prácticamente podemos adoptar cualquier tipo de Alter-ego en la red, por decirlo de alguna manera. 

En una empresa en la que trabajé, me tocaba frecuentemente visitar a los clientes, tarea que nos repartíamos  con mi jefe.   Estas reuniones consistían en conectar un portátil a un video beam y y hablar sobre lo que fuera que aparecía proyectado.

Una tarde mi jefe llego a la oficina sorprendida.  Había tenido una reunión,  en la que decidieron  conectar el portátil de la contadora, quien en ese entonces debía tener un poco más de 45 años de edad, era bajita y de pelo negro. Una señora en todo el sentido de la palabra que bien podría pasar como una tía recatada.

Resulta que en plena reunión, mientras la contadora exponía unas cifras acerca del inventario de su compañía, se le había olvidado cerrar su sesión de Skype.  Si no estoy mal, si uno no configura el estado como ocupado, cualquier mensaje que le envíen a uno, aparece en la parte inferior derecha de la pantalla y se queda ahí por unos segundos.

En la reunión estaban mi jefe y unas 3 personas de la otra empresa.  De repente, en plena exposición de la contadora, apareció el siguiente mensaje "Hola!, perrita consentida".  La forma en que siempre irrumpen  en la pantalla esos mensajes tiene algo hipnótico, y uno tiende a dirigir la mirada automáticamente hacía ese lugar y leer rápidamente.   

Obviamente, como suele ocurrir en esos momentos embarazosos, todas las personas hicieron como si nada hubiera ocurrido y  no comentaron el incidente, pero esto es casi obvio porque  ¿Qué tipo de comentario debería realizar uno para romper la tensión del momento? definitivamente, en esos casos, lo mejor es quedarse callado y dejar que el el silencio se trague la situación.

Imagino entonces, que la contadora acabo esa relación virtual o real, por la imprudencia de su amigo y la traición del Skype.

jueves, 2 de abril de 2015

Ideas retorcidas

De cierta forma me intriga saber en qué momento se originan las ideas.  Por ejemplo., la primera línea de El Hobbit que escribió Tolkien fue: “En un agujero en el suelo vivía un Hobbit”, pero no se dedicó toda una tarde a pensar cómo iba a ser el inicio de su novela, simplemente se le ocurrió hacerlo mientras, completamente aburrido,  corregía unos exámenes, encontró un espacio en blanco en uno y anotó esa frase.   

Me imagino que como ese habrán muchos ejemplos similares, no solo en la literatura, sino en cualquier tipo de trabajo.   ¿Cómo saber entonces que la idea perfecta nos va a llegar? Creo que no hay forma de saberlo.

Hoy en la mañana me senté a escribir, y el primer tema que pensé tratar fue la semana santa, una época, para mí, extraña, que siempre parece perderse en el tiempo.  En un principio quería escribir sobre cómo actualmente la devoción religiosa paso a un segundo plano, y un halo de juerga y vacaciones, que depende del nivel de compromiso religioso de cada persona, la cubre.

La verdad no me importa como la asuma cada persona,  y si se dedican a rezar o a la perdición, pero bueno, el punto es que el título de ese  post que quedó en el olvido fue Ben Hur.  Arranqué a escribir frenéticamente, y de repente la idea adquirió otro significado el cual nunca había contemplado, así que pasé lo que había escrito a un documento de word, en el cual anoté otro par de ideas, lo grabé y cerré.

Como la idea irrumpió con cascos de potranca desbocada en mi cabeza, todavía no tengo claro a que quiero hacer referencia. En  esas ocasiones es mejor dejar reposar el escrito, para atacarlo en el momento indicado.

Me gusta la manera en como las ideas se van retorciendo para adquirir nuevos significados.  No creo que la de esta mañana de para una novela o saga, pero me gusta que revolotee en mi cabeza, hasta que se tope con otras que puedan reforzarla, cambiarla o acabarla.  

En un agujero en mí cabeza vive una idea.

miércoles, 1 de abril de 2015

Madera con algún olor

Ayer, mientras caminaba de vuelta a mí casa, pasé por una construcción de un edificio.  Como siempre, esos lugares suelen contar con una especie de estructura (vaya usted a saber cual es el nombre técnico), que se ubica siempre al exterior de la obra y esta hecha de madera.  Me imagino que es ahí donde los arquitectos e ingenieros que dirigen la obra, planean los pasos a seguir y tienen grandes e importantes reuniones donde, como en la mayoría de los trabajos, solo se pierde el tiempo, en medio de una competencia de egos.

Cuando era pequeño, debía tener unos 8 años, recuerdo que cerca a mi edificio había una construcción, que tenía el el mismo tipo de "casa en madera", por llamarla de alguna forma.  Siempre me gustaba pasar por debajo y aspirar muy fuerte.  No sé porque me gustaba tanto el olor que desprendía ese lugar, que era una mezcla de humedad y madera,  y el cual no se podía identificar exactamente. 

Quien sabe que tipo de recuerdos y sensaciones me evocaba en ese momento ese olor, y no sé si a tan corta edad, uno pueda hablar sobre evocar. De pronto venimos  con mucha información  al mundo, que acompaña todas nuestras experiencias, y de la cual no somos conscientes.

Ayer, cuando pase por la construcción y justo por debajo de la "casa en madera", aspire fuertemente pero no me olio a nada en particular.  Extrañé en ese momento ese olor de mi infancia, y por eso decidí escribir esto.

martes, 31 de marzo de 2015

Suficientemente Bueno


Ayer me vi Whiplash.  De un momento a otro me dio un arrebato, y fui sólo a verla. Se me metió en la cabeza que era el último día que iba a estar en cartelera, al  ya llevar varios días.  Además mi yo baterista me exigió que era un plan que debía disfrutar solo.

La película narra la historia de un joven baterista que entra a una prestigiosa escuela de música, donde se encuentra con un profesor muy riguroso, que emplea métodos poco convencionales para enseñar música, como hacerle llevar el tiempo y en el cuarto compás darle una cachetada, para luego preguntarle si se estaba adelante o atrás en el tiempo.  Siempre me ha fascinado, aunque sé muy poco, todos los aspectos técnicos de la música: notas, compases, tiempo, etc. 

 El profesor de la banda jazz finalmente es expulsado, y un tiempo después en una presentación en un bar, se vuelve a encontrar con el joven baterista.

Le cuenta que lo único que él quería con su método de enseñanza, era sacar lo mejor de cada alumno, y que no hay un combo más mortal de palabras que “Suficientemente bueno”, pues apenas las escuchamos dejamos de esforzarnos.

 Creo que lo que dice el personaje de la película, en parte es cierto.  Apenas nos dan esa palmadita de aprobación, y/o obtenemos cualquier tipo de reconocimiento social por lo que sea que hagamos, nos relajamos  al creer que alcanzamos una perfección que sólo es ficticia, mientras lo que deberíamos hacer es nunca dejar de aprender, porque lo más seguro es que en algún lugar del planeta, existe alguien que nos supera en ese arte el cual creemos dominar.
  
"More than enough is never too much"

lunes, 30 de marzo de 2015

Almuerzo en la cripta

El otro día me estaba tomando un café y en la mesa de enfrente se encontraba  un argentino y otro hombre.  Justo al frente del sitio donde nos encontrábamos hay una iglesia, la cual cuenta con varias restaurantes a su alrededor.

De repente el argentino le dijo al otro hombre "Yo no sé cómo la gente puede almorzar tranquila con ese cartel al lado".  Después de un rato y para que no se dieran cuenta que estaba espiando su conversación, me voltee disimuladamente y busqué con la mirada el cartel al que había hecho referencia el hombre.  Era uno que decía "CRIPTA".  Justo después de que lo había ubicado y estaba dando nuevamente media vuelta, el hombre dijo para concluir su punto "Yo no me siento ahí ni a bala"

 Me pareció una postura un poco exagerada, pues las mesas del restaurante no están adentro de la cripta, además como no vemos a los muertos (su esencia etérea, si es que existe)  ¿cómo saber si no nos acompañan todos los días, incluso en nuestros rituales más íntimos?

Más bien pienso que las criptas no deberían existir.  Nunca le he encontrado mucho sentido eso de ir a rezarle a unos huesos y polvo, pero no soy nadie para ir en contra de una tradición milenaria, y mucho menos para juzgar las creencias y gustos de otras personas.

Por otro lado, yo si he comido en ese restaurante, y nunca me había fijado en el cartel.  La próxima vez que lo haga estaré más alerta para ver si detecto algo paranormal, bien sea en mi plato o en el ambiente.




viernes, 27 de marzo de 2015

Para Viejitos


Ayer mientras esperaba a un amigo, me dediqué a perfeccionar el arte de escuchar conversaciones ajenas. En la mesa de atrás, un hombre y dos mujeres hablaban sobre música electrónica con una propiedad impresionante. El hombre con gafas negras y cachucha al estilo "tres pisos" les decía algo como: "y es que a uno no le dan la libertad de crear, quieren que uno solo haga música que vende". Me pareció que estaba exagerando, quizás para sonar interesante, pero es solo mi humilde apreciación que, como a veces ocurre, cae en una actitud juzgadora; además no me gusta y no sé nada sobre ese tipo de música como para reforzar mi primitivo punto de vista al respecto.

Un par de mesas a mí izquierda, se encontraban dos amigos charlando sobre fiestas, rumba y destinos en los cuales se pueda experimentar dicho ambiente. En un momento de su conversación, uno le dijo al otro "Santa Marta es un lugar sólo para viejitos que quieren ir a relajarse".

Me quedó sonando la frase porque el año pasado fui dos veces a Santa Marta ¿Me hace eso viejo? ¿Me hace viejo no querer descerebrarme a punta de trago? De pronto si, pero ¿Y es qué uno no puede envejecer?

En la universidad recuerdo que me ponía de mal genio o me sentía mal, si el viernes o sábado no hacía nada, que por lo general era irme a tomar algo. En un principio era dejar que el cerebro nadara en alcohol, pero el nivel de consumo se fue reduciendo considerablemente, hasta el punto en que tomarme más de tres cervezas me parece una exageración, y experimentar guayabo al día siguiente me aburre por completo.

En fin, creo que el significado que encierra la palabra viejo, es muy amplio como para simplemente ceñirlo a un déficit de planes de rumba y/o perdición.