lunes, 13 de abril de 2015

Lo Mejor...

Estoy en un grupo de What's app donde sólo escribimos para desear feliz cumpleaños.  En un principio era un grupo muy activo, pero me he dado cuenta que esa aplicación ya le sabe a cacho a medio mundo, y hacer visita por ahí ya aburre. 

El grupo, cómo le decía, ya solo sirve para eso de las felicitaciones de cumpleaños, de resto nadie habla, pero tampoco nadie se sale; me imagino que no ninguno quiere que que la conversación se vuelva a activar por motivo de su salida.

Hoy un amigo cumplió años, y alguien le dijo "Te deseo lo mejor", después de otro par de felicitaciones el homenajeado participó y escribió "gracias, pero   ¿Qué es "Lo mejor"?  Y es que "lo mejor", llega a ser tan enigmático y poco preciso como el "Don de Gentes", y tan impreciso como la ubicación de la región lumbar en nuestro cuerpo.

Supongamos que somos hipócritas y le deseamos lo mejor a alguien que nos cae mal.  Eso sería como un buen deseo a la inversa, porque en el fondo nos importa cinco la persona , y hasta podemos sentir una especie de fresquito si algo malo le pasa.  

También se encuentra el otro lado de la situación, en el cual esa persona a la cual le deseamos "lo mejor" es un familiar o nuestra pareja; situación en la cual  no deja de ser un término sin significado, porque  ¿Cómo saber que nuestro "lo mejor", es igual al  "lo mejor"  de la persona a la que se lo estamos deseando?

 ¿Qué será en realidad lo mejor?  ¿Fama, mujeres, dinero, inteligencia? Lo mejor ,creo yo, es desear cosas concretas: "Deseo que seas millonario" "Deseo que te partas una pierna" "Deseo esto o lo otro" porque llegar a un consenso de lo mejor en estos tiempos, donde existen personas que consideran que lo mejor es estrellar un avión contra una montaña, resulta un imposible.

jueves, 9 de abril de 2015

Hermanas

Antes de ayer en un  café, una mujer que estaba sola,   para mantenerse ocupada, tecleaba frenéticamente sobre la pantalla de su celular.  Me senté en una mesa cercana, y me puse a leer, mientras esperaba a una amiga.  

Al rato llegó un hombre con actitud risueña y saludo a la mujer, quien dejó de jugar con el celular sólo por un tiempo.  Me pareció que la risa del hombre, enmascaraba una sensación de pena.  Después de pedir un café para ambos se sentó y empezaron a conversar.

Intenté no poner atención, pues estaba a punto de terminar la novela, pero la siguiente frase no me permitió hacerlo:

"La persona que más quiero en el mundo es a mi mismo y luego y después (al señor)"... creo que así concluyó esa frase cargada de Ego.  A cual señor?  ¿Jesucristo Dios o el espíritu santo?, la verdad, sin ánimo de ofender a las personas supremamente devotas, nunca he entendido bien esa trilogía. 

Después de eso, me dio pereza continuar escuchando la conversación, además que llegó mas gente al sitio y las voces se estaban perdiendo.  Luego, otro fragmento de conversación que me pareció interesante fue el siguiente:

La mujer en un tono desafiante le preguntó: " ¿Y si mi hermana se entera qué?...mi hermana siempre se entera de todo.  El hombre, nuevamente con su actitud burlesca y de se le tiene, pero si no se le tiene se le confecciona, le respondió "perfecto, que se entere".

Acto seguido  entraron al baño uno después del otro y abandonaron el lugar.

Supongo que el hombre que esta enamorado de él mismo, se la jugo doble a la hermana de la mujer con la que estaba, y salió con ella cuando realmente estaba comprometido con la otra.  Hay que ser muy  salado en esta vida para que la pareja de uno le ponga los cachos con un hermano.

En la universidad, una vez me gustaron unas hermanas, pero mis sentimientos fueron cronológicamente válidos, es decir, la mayor me interesó cuando ya no sentía nada por la otra; de todos modos no dejaba de ser una situación extraña.

 ¿Cuando la hermana de la mujer del café se entere, será que la tratará de "perra"?   que jodidas son las relaciones humanas a cualquier nivel.  Ese hombre más bien se debería conformar con su amor a si mismo y al señor, en vez de joder una relación familiar. 

martes, 7 de abril de 2015

¡El río HuDson mano!

Hace un tiempo cuando escribí sobre Beatriz, también llegó a mi mente el recuerdo de otro profesor de bachillerato que se llamaba Ariel, canoso completamente, característica física que lo hacía ver muy viejo. Si no estoy mal, Ariel era de Santander y muchas de sus frases las terminaba con la palabra "Mano".

 Él nos dictaba Sociales y todos los alumnos del colegio lo conocían por sus clásicos exámenes de geografía, donde uno se tenía que aprenderse todas las montañas, cordilleras, mares, ríos, etc. de memoria. El día del examen Ariel llegaba al salón y colgaba, de una puntilla ubicada encima del tablero (¿Quién la habrá puesto ahí?), unas lonas negras que parecían tener miles de años de antiguedad, donde estaban dibujados los croquis de diferentes países y continentes.

Después de esto daba inicio al examen, e iba llamando a cada estudiante, le daba un pedazo de tiza y soltaba un nombre cualquiera, el cual, de mera memoria, uno tenía que ubicarlo en el mapa.

Algo jarto de ese método de evaluación era tener que pasar en frente de todo el curso, pues una cosa es escribir cualquier barrabasada sólo para uno en una hoja de papel, y otra muy distinta errar en frente de 40 personas, que aunque les importa un bledo como lo haga uno, pues seguramente hacen uno de esos repasos de último minuto, que suelen servir para nada, solo con su presencia y sus caras largas imprimen más tensión a la situación.

No sé por qué se me quedo grabado el nombre de ese Río de Estados Unidos, si me lo pregunto a mí o a uno de mis amigos; lo que sí recuerdo es la voz de Ariel, mientras entregaba la tiza y decía: “Haber mano, ubique el río Hudson mano” creo que lo que impacta de ese nombre es que su pronunciación involucra la lengua y los dientes superiores.

El punto es que hasta hace un momento había olvidado por completo por donde pasa ese rio. Espero que la educación en los colegios en estos tiempos haya cambiado y que no obliguen a los estudiantes a memorizar datos, solo porque sí.

Creo que en cuanto a la educación del colegio, hago parte de esa generación que es un “baúl de conocimientos, pero que carece de contexto” cómo bien lo dijo Llinás alguna vez. Por otro lado no tengo nada en contra de Ariel, era un buen tipo.

lunes, 6 de abril de 2015

Exigencias



El mundo, las personas, la sociedad, esperan mucho de cada uno de nosotros.  Desde pequeños comienzan a exigirnos diferentes tipos de resultados  con el fin de encajar en una conducta "normal".  Lo que todavía nos cuesta entender es que lo normal o ser normal, al igual que conceptos como la felicidad, el éxito o el fracaso; es algo completamente subjetivo.



Recuerdo, por ejemplo, cuando era niño, lo desmotivante que era obtener una mala nota en un examen.  Sin duda alguna era un evento que en ese momento, imagino, me  generaba ansiedad; ansiedad al pensar que era mal estudiante, vago, diferente a los demás; ansiedad al pensar que les iba a responder a mis padres cuando me preguntaran por la nota, temor de perder la materia, en fin, infinidad de sensaciones que parecen insignificantes, pero que no lo son. 



Después todo se repite de forma similar en la universidad, pero esa ansiedad se nubla con una supuesta sensación de libertad y de hacer lo que se nos dé la gana, pero básicamente es lo mismo: Ser juiciosos, sacar buenas notas, estudiar carreras “importantes” hasta graduarnos.



Luego vienen las exigencias del mundo laboral, y pobre aquel que no sea “exitoso” o que quiera hacer algo diferente a trabajar en una compañía, pues inmediatamente es  señalado como bicho raro:

Pero no se puede ser adulto, ni gozar de una verdadera identidad,

sin ocupar un sitio en la sociedad: sin tener un trabajo, en fin.”

– Juan José Millás –



Para completar el combo de exigencias, también se encuentra la de sentar cabeza, encontrar a esa supuesta alma gemela y procrear porque ese es el fin de la vida,  ¿no?



We got married: society´s solution to loneliness, lust and laundry.

- The Dice Man -



A la larga nuestra conducta se resume en repetir ciclos, agachar la cabeza y no cuestionar nada.  No sé como con tantas exigencias y presiones no es más mayor el número de locos que andan sueltos por el mundo.



“When they've tortured and scared you for twenty-odd years
Then they expect you to pick a career
When you can't really function you're so full of fear”

- Working class hero -

viernes, 3 de abril de 2015

La traición del Skype

Aparte de la conectividad que nos da Internet, también nos ofrece como  arma de doble filo, el anonimato.  Si nos gusta aparentar cosas que no somos en la vida real, no queda duda alguna que Internet potencializa esa conducta y prácticamente podemos adoptar cualquier tipo de Alter-ego en la red, por decirlo de alguna manera. 

En una empresa en la que trabajé, me tocaba frecuentemente visitar a los clientes, tarea que nos repartíamos  con mi jefe.   Estas reuniones consistían en conectar un portátil a un video beam y y hablar sobre lo que fuera que aparecía proyectado.

Una tarde mi jefe llego a la oficina sorprendida.  Había tenido una reunión,  en la que decidieron  conectar el portátil de la contadora, quien en ese entonces debía tener un poco más de 45 años de edad, era bajita y de pelo negro. Una señora en todo el sentido de la palabra que bien podría pasar como una tía recatada.

Resulta que en plena reunión, mientras la contadora exponía unas cifras acerca del inventario de su compañía, se le había olvidado cerrar su sesión de Skype.  Si no estoy mal, si uno no configura el estado como ocupado, cualquier mensaje que le envíen a uno, aparece en la parte inferior derecha de la pantalla y se queda ahí por unos segundos.

En la reunión estaban mi jefe y unas 3 personas de la otra empresa.  De repente, en plena exposición de la contadora, apareció el siguiente mensaje "Hola!, perrita consentida".  La forma en que siempre irrumpen  en la pantalla esos mensajes tiene algo hipnótico, y uno tiende a dirigir la mirada automáticamente hacía ese lugar y leer rápidamente.   

Obviamente, como suele ocurrir en esos momentos embarazosos, todas las personas hicieron como si nada hubiera ocurrido y  no comentaron el incidente, pero esto es casi obvio porque  ¿Qué tipo de comentario debería realizar uno para romper la tensión del momento? definitivamente, en esos casos, lo mejor es quedarse callado y dejar que el el silencio se trague la situación.

Imagino entonces, que la contadora acabo esa relación virtual o real, por la imprudencia de su amigo y la traición del Skype.

jueves, 2 de abril de 2015

Ideas retorcidas

De cierta forma me intriga saber en qué momento se originan las ideas.  Por ejemplo., la primera línea de El Hobbit que escribió Tolkien fue: “En un agujero en el suelo vivía un Hobbit”, pero no se dedicó toda una tarde a pensar cómo iba a ser el inicio de su novela, simplemente se le ocurrió hacerlo mientras, completamente aburrido,  corregía unos exámenes, encontró un espacio en blanco en uno y anotó esa frase.   

Me imagino que como ese habrán muchos ejemplos similares, no solo en la literatura, sino en cualquier tipo de trabajo.   ¿Cómo saber entonces que la idea perfecta nos va a llegar? Creo que no hay forma de saberlo.

Hoy en la mañana me senté a escribir, y el primer tema que pensé tratar fue la semana santa, una época, para mí, extraña, que siempre parece perderse en el tiempo.  En un principio quería escribir sobre cómo actualmente la devoción religiosa paso a un segundo plano, y un halo de juerga y vacaciones, que depende del nivel de compromiso religioso de cada persona, la cubre.

La verdad no me importa como la asuma cada persona,  y si se dedican a rezar o a la perdición, pero bueno, el punto es que el título de ese  post que quedó en el olvido fue Ben Hur.  Arranqué a escribir frenéticamente, y de repente la idea adquirió otro significado el cual nunca había contemplado, así que pasé lo que había escrito a un documento de word, en el cual anoté otro par de ideas, lo grabé y cerré.

Como la idea irrumpió con cascos de potranca desbocada en mi cabeza, todavía no tengo claro a que quiero hacer referencia. En  esas ocasiones es mejor dejar reposar el escrito, para atacarlo en el momento indicado.

Me gusta la manera en como las ideas se van retorciendo para adquirir nuevos significados.  No creo que la de esta mañana de para una novela o saga, pero me gusta que revolotee en mi cabeza, hasta que se tope con otras que puedan reforzarla, cambiarla o acabarla.  

En un agujero en mí cabeza vive una idea.

miércoles, 1 de abril de 2015

Madera con algún olor

Ayer, mientras caminaba de vuelta a mí casa, pasé por una construcción de un edificio.  Como siempre, esos lugares suelen contar con una especie de estructura (vaya usted a saber cual es el nombre técnico), que se ubica siempre al exterior de la obra y esta hecha de madera.  Me imagino que es ahí donde los arquitectos e ingenieros que dirigen la obra, planean los pasos a seguir y tienen grandes e importantes reuniones donde, como en la mayoría de los trabajos, solo se pierde el tiempo, en medio de una competencia de egos.

Cuando era pequeño, debía tener unos 8 años, recuerdo que cerca a mi edificio había una construcción, que tenía el el mismo tipo de "casa en madera", por llamarla de alguna forma.  Siempre me gustaba pasar por debajo y aspirar muy fuerte.  No sé porque me gustaba tanto el olor que desprendía ese lugar, que era una mezcla de humedad y madera,  y el cual no se podía identificar exactamente. 

Quien sabe que tipo de recuerdos y sensaciones me evocaba en ese momento ese olor, y no sé si a tan corta edad, uno pueda hablar sobre evocar. De pronto venimos  con mucha información  al mundo, que acompaña todas nuestras experiencias, y de la cual no somos conscientes.

Ayer, cuando pase por la construcción y justo por debajo de la "casa en madera", aspire fuertemente pero no me olio a nada en particular.  Extrañé en ese momento ese olor de mi infancia, y por eso decidí escribir esto.